ANÁLISIS DE SOCIEDAD
San Fermín ¿patrón de la selección?
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad04-07-2010
Que no, que esto no es como Casablanca, esa memorable película que nunca se rodó en la ciudad a la que alude su título. Que no, que el "siempre nos quedará París" no vale para todas las ocasiones, que en la vida real no hay bandas sonoras que acompañen a los momentos clave -el "lo, lo, lo" no es serio-, aunque haya buenos y malos también. Se veía venir que con el Mundial de Sudáfrica se iban a acabar todos los males, que el Estatut importaba muchísimo menos que el color de las zapatillas de David Villa y que las palabras de Vicente del Bosque tenían mayor repercusión que las del mismísimo presidente del Gobierno. Siempre nos quedará el fútbol, eso que es mucho más que un deporte. Y menos mal que queda el fútbol. A pesar de que en Haití sigan desescombrando el terreno después del horrible terremoto que sacudió el país en enero; ante una alerta de la subida de las temperaturas, que aumentan tanto como el IVA en España; en plena entrada en vigor de una Ley del Aborto mucho más permisiva para las menores de edad; apenas unos días después del debate que se suscitó con el accidente de tren de Castelldefels o la siempre polémica reforma de la Ley del Menor -a estas alturas parece más cercano Johannesburgo que la Seseña de Cristina-; en un mes en el que las cifras del paro se maquillan con el empleo estacional del bronceado... quedará el fútbol. Con la que está cayendo menos mal que nos queda el fútbol de una selección, la española, que pone a todos de acuerdo, que quita la vergüenza de presumir de rojigualda; una selección en la que muchos jugadores reconocen ser españoles e, incluso, su afición taurina y que se la juegan ¡encima! el 7 de julio, día de San Fermín. Algún que otro periodista deportivo le pide al que fue obispo de Amiens que eche un capote, a la vez que alardea de tener un santo guardando la portería. Si Casillas y compañía merecen ser dignos de los altares será por el ejemplo que pueden dar a muchos desde las alturas de ese foco mediático en el que están. Se les juzgará, como a todos, por la caridad. De momento hay quien se atreve a cruzar la línea, por ejemplo, dando la bienvenida al Papa ante su próxima visita a Barcelona y Santiago de Compostela, como el campeonísimo el Rafael Nadal, forofo donde los haya de la selección española de fútbol y reciente vencedor de Wimbledon. Pero, sobre todo, un campeón con principios a quien también le queda el fútbol.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo