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ROJO SOBRE GRIS

María Jesús y Víctor

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión24-05-2010

Quiero parecerme a ellos, a María Jesús y Víctor. No sé muy bien cómo lo hacen, pero con ellos todos nos sentimos a gusto. No sé cuál es su secreto, pero logran que las cosas que merecen la pena y son importantes brillen sin estridencias y de manera natural, haciéndose amables por sí mismas, sin aspavientos y sin redobles de tambores. Te miran y te sientes bien. Cuando llegas a su casa te abrazan y se ponen contentos de verte. Te llaman por teléfono para felicitarte el cumpleaños, para acompañarte en los momentos difíciles, para felicitarte en los éxitos. No van deprisa ni despacio: van a tu ritmo, al ritmo de cada uno. No te sientes ni detrás ni delante de ellos: sencillamente, están contigo. El milagro es que todos nos sintamos así. Su presencia genera un ambiente en el que la norma son las cosas valiosas. Quizás el truco sea que, para ellos, lo más valioso son las personas y sean como sean, así las aceptan y así las quieren; pero de verdad, de esa manera que te hace sentir querido como tú eres muy sencillamente. En el baño siempre huele bien, hay toallas limpias, colonia fresca y todo lo que necesitan unos padres para arreglar a los bebés. La mesa siempre se prepara de forma sencilla y perfecta: no falta la servilleta bien puesta, el platillo para la taza de café, los cubiertos para servir... todo está pensado para ser respetuoso, digno y cómodo. Los niños tienen sus cosas; los mayores, las suyas, pero todo está preparado para esa convivencia natural y enriquecedora entre pequeños y mayores propia de una familia de las de verdad. Mi jefe y compañero me llamaba la atención esta semana sobre una cosa muy importante: ¿Te has dado cuenta –me decía- de que todos nuestros jefes siempre nos sirven? Quizás esa sea la receta mágica: saber servir. Y no es fácil tener un corazón lo magnánimo para aceptar a cada uno, quererle como es, saber lo que necesita y sabérselo dar. María Jesús y Víctor, para vosotros, por vuestro contagioso, ejemplar y milagroso testimonio de cómo ser y hacer familia, rojo sobre gris.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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