ANÁLISIS DE ECONOMÍA
Rebajas de mayo
Por Gema Diego
2 min
Economía16-05-2010
No han esperado al mes de julio, ni se han anunciado con grandes carteles como los chollos de saldo. Han caído del guindo un 12 de mayo, en forma de una devastación repentina propiciada por un fantasma que tiene atenazadas mentes y bolsillos desde hace dos años. El Gobierno ha tomado las medidas más dolorosas y, seguramente, las más incomprendidas de todo su mandato, y el anuncio de recortes para funcionarios y pensionistas y la eliminación de ayudas sociales nos ha abierto una puerta para que nos asomemos al infierno. Unas rebajas a la inversa y con mes y medio de adelanto. Para que veamos de cerquita lo que es una crisis de verdad. Y ojalá sea bastante, y los organismos internacionales, las agencias de calificación y los mercados no sigan pidiendo más sacrificios a cambio de dejarnos tranquilos por unos meses más mientras esgrimen una fotografía de Grecia. Miedo da que en vez de ponernos los seres humanos por encima del mercado nos vendamos por un Ibex 35 en ascenso y unos comentarios favorables sobre la deuda. Por supuesto que no se puede consentir un incremento imparable del déficit. Pero quizás no hubiera hecho falta algo tan drástico si los especuladores no insistieran en volver los ojos hacia nuestro territorio. Ponernos un escudo de protección nos costará noches y más noches de desilusión y abatimiento. Quienes buscaron un refugio bajo las alas del Estado a través de unas oposiciones comprueban que no es oro todo lo que reluce. Quienes confiaron en que los beneficios sociales facilitarían su conciliación familiar pensarán dos veces sus decisiones. Quienes se sintieron amparados por los políticos observan ahora la meridiana incapacidad de todos los líderes en medio de una situación que les ha desbordado. Y lo peor es la impotencia. Lo peor es constatar que quien manda es el dinero y que todo lo aplasta. Habrá huelgas, protestas, caídas del consumo y pataletas. Pero de donde no hay no se puede sacar, y menos cuando desde fuera vigilan cada uno de tus movimientos, da igual los organismos, las agencias o los especuladores, dispuestos a caer sobre el país como aves rapaces y destruir de un golpe los pilares del tejido social.
