ROJO SOBRE GRIS
Quien ama, sabe
Por Amalia Casado2 min
Opinión14-02-2010
Esta semana tendré la enorme suerte de acoger en casa a un gran amigo. Viene a España por motivos de trabajo, y con una agenda llena de encuentros, reuniones... y cenas. Una de éstas será con una persona a la que no conoce, y que le he presentado por mail como “una cabeza y un corazón prodigiosos”. Y mi amigo me ha contestado: “Lo que más me atrae es lo del corazón prodigioso”. Me sorprendió. Parece que una cena con alguien que no conoces será más interesante con un ilustrado que con un buen hombre. Pero es que mi amigo tiene 6 hijos; los seis, adoptados. Y un día me decía: “He leído todos los libros sobre adopción que hay escritos en inglés y en español. Sé lo importante que es adelantarse a las situaciones en la vida con mis hijos, prepararles para las cosas sabiendo que tienen una herida que siempre hay que estar curando”. Preparando su habitación, he repasado papeles y cuadernos que he almacenado a lo largo de los últimos 10 años de mi vida. En uno de ellos me encontré una frase que me dijo un día una directora espiritual: “Amalia, no basta el amor de Álvaro, ni el de tus padres. No basta con que yo te quiera o te quieran tus amigos. Tienes que quererte tú. Tienes que quererte como eres, porque Dios así te ha hecho y así te ama”. Mi padre me decía un día: “Escribes mucho la palabra amor, hablas mucho del amor. Pero ¿qué es el amor?”. Creo que le respondí que el amor es darse, pero recuerdo que me quedé un tanto perpleja, un poco como sin palabras, como si llegara el momento del examen y no recordase nada de lo aprendido. Hoy diría que el amor es la única solución. La solución a todo, la solución a las cosas más pequeñas y a las más complejas. Esta semana hice un pequeño escrito que tenía pendiente, y lo hice como quien tiene que quitarse una mosca molesta de encima. Ni todo el arte ni toda la gracia del mundo fueron suficientes para que me saliera bien. Me lo quité de en medio. Y me salió fatal. ¿La solución? Amor. Si lo hubiese mirado con cariño hubiese ido más despacio. Si le hubiese puesto amor habría pensado en quienes después lo leerían. Pero yo sólo quería acabarlo y pasar a la siguiente pregunta. Amar cura. En ciertas circunstancias, es la única medicina que puede curar. En cualquier caso, es la única que puede curar del todo y profundamente aunque lleve mucho tiempo y no podamos calcular cuándo dará resultado. Esto lo entiende mi amigo. No necesito explicárselo. Y por eso, para él, que disfruta más con alguien que ama que con alguien que sabe, es este Rojo sobre gris. Porque quien ama, sabe.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo