ANÁLISIS DE ECONOMÍA
¿Por qué pagaremos nosotros?
Por Gema Diego2 min
Economía14-02-2010
Reconozco que hasta hace unos días, desde que se desató oficialmente la crisis en 2008 y durante todo 2009, he vivido este periodo con cierto optimismo. “No hay mal que cien años dure”, pensaba, y aunque no he dejado de estar convencida de este hecho, he comenzado a ver hechos, decisiones y consecuencias que no me gustan ni un pelo. Al principio, estaba convencida de la crisis supondría una buena oportunidad, un toque atención para que recuperásemos la austeridad y frenásemos el despilfarro en la vida diaria. Para aprender a zurcir un calcetín y no tirarlo al primer agujero, vamos. O, en términos más palpables para la economía doméstica, para reparar en cerrar bien los grifos, instalar economizadores de agua, apagar las luces de las habitaciones cuando no se está en ellas y un sinfín de pequeños actos que nos permiten ahorrar energía y ser responsables con nuestra propia existencia. También creía que cundiría la solidaridad, y que los gobiernos no iban a tardar ser inflexibles con los especuladores. Que las ayudas estatales serían suficientes para echar una mano a quien lo pasase mal hasta que el paro volviese a disminuir, y que este aumento del gasto público no se volvería en contra de los que día tras día, con esfuerzo físico o mental, con nuestros sueños y desvelos, contribuimos a sostener la economía de un país, de un continente, del mundo. Pero, prácticamente desde que ha comenzado 2010, todas las noticias que tienen que ver con la economía parecen un disparate. Los partidos políticos no se tienden la mano para firmar un gran pacto porque les interesan más sus ventajas electorales que trabajar por el bien común. El Gobierno está cada vez más perdido, y lo mismo acierta que mete la pata hasta el fondo con sus decisiones, con propuestas como el incremento de la edad de jubilación hasta los 67 años cuando lo que sobran son jóvenes que no pueden trabajar y prejubilados. Y el colmo es que estemos dispuestos a sacrificar derechos que se han ganado con años de lucha tan sólo porque los culpables de esta crisis se quejan de que no son capaces de volver a ponerse en pie y reconstruir su chiringuito especulador. En el plano internacional, dentro de la UE, cada cual ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo. Predominan las voces que quieren echar a quien se queda rezagado –Grecia- en vez de pensar en que habría que fortalecer los mecanismos y la política fiscal de todo el conjunto para que no se repitan estas situaciones. Mal vamos si empezamos a tirar la toalla en la construcción de este ente internacional sin parangón en el planeta, si estamos dispuestos a que nos expriman para mantener los privilegios de los estratos superiores, y si al fin salimos de ésta y nos olvidamos de todo lo que en tiempos de vacas flacas queríamos cambiar y de todo lo que hemos pagado por volver… a lo mismo de siempre.