ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Europa al rescate
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional14-02-2010
Puede parecer el título de una película de superhéroes, pero en realidad no lo es. Posiblemente, desde que Grecia ganó, inesperadamente, la Eurocopa de fútbol de 2004, no se había hablado tanto de este país mediterráneo. La Unión Europea ha tenido que mover ficha urgentemente para salvar de la quiebra a uno de sus miembros veteranos: Grecia. Aunque muchos habitantes no lo vean como algo tangible, formar parte de la Unión Europea tiene muchas más ventajas que inconvenientes. Los griegos saben que, a pesar de las dificultades, Bruselas ha puesto en marcha la maquinaria para ayudarles. Es cierto que todavía falta concretar qué medidas se van a aplicar, pero es una tranquilidad para Grecia y para el resto de socios frágiles del club comunitario. Aun así, tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo. Si los griegos están así es porque no han sido previsores y hay cosas que han hecho mal. Esta experiencia debe servir para tomar ejemplo y aprender de los errores. La UE sale en defensa de Grecia pero los políticos helenos, tanto del gobierno como de la oposición, no deberían quedar indemnes. Bruselas tiene que tomar medidas pero también es muy conveniente que haga ver a sus miembros que casos como éste son excepcionales, no porque existan tratos de favor, sino porque no hay ninguna institución que aguante muchos casos más como el griego. La reunión de urgencia para ayudar a Grecia también sirvió para escenificar, una vez más, quiénes son los pesos pesados a la hora de la verdad: Francia y Alemania. Mucho se ha hablado de la Presidencia de turno de la UE que este semestre ostenta España (el Gobierno español lo ha publicitado hasta la saciedad), pero en este caso Rodríguez Zapatero quedó relegado a un segundo plano, por mucho que éste intente disimularlo. Lejos de ver este hecho como una afrenta, ha de observarse como un avance en el seno de la Unión Europea. Las presidencias rotatorias nunca han tenido mucho sentido, y menos ahora con el nombramiento de Herman van Rompuy como presidente permanente, quien poco a poco va asumiendo funciones y desarrollando sus competencias. Unificar las voces y las políticas es imprescindible para el progreso comunitario y constituye todo un mensaje de fortaleza.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD