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ANÁLISIS DE ESPAÑA

La realidad acorrala a Batasuna

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España16-11-2009

Y dale. Las mismas caras de ayer, de hoy y de siempre volvieron a acudir al intento de rescate de un barco que se hunde cada día un poco más. Jone Goirizelaia, pese a que había anunciado que lo dejaba, Rufino Etxeberria, de los pocos que queda suelto, Iñigo Iruín, histórico abogado abertzale que siempre ha preferido la toga al mitin o Tasio Erkizia y su boina... Todos ellos evidencian la debilidad, la urgencia y la desesperación del brazo político de los terroristas. El tiempo se les acaba. Quieren, como sea, estar presentes en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 para volver a las instituciones, que es lo que de verdad les da dinero. Para ello llevan meses buscando legitimidad y proponiendo un polo sobernista a formaciones también en crisis como Eusko Alkartsuna. Buscan que alguien les apadrine. Se ven obligados a recurrir a mediadores internacionales, a nombres históricos del nacionalismo para que les laven la cara y dar el siguiente paso: intentar el enésimo cortejo al Estado y arañar otra negociación. Lo último ha sido otro documento. Siete puntos ambiguos y confusos. Requiebros dialécticos para evitar condenar de manera clara a sus jefes, los de las pistolas. De este escrito, la única novedad -por decir algo- con respecto a la propuesta de Anoeta en 2004 es apelar a los principips Mitchel, que sí dieron frutos en Irlanda del Norte. Y esto lo han presentado en Alsasua (Navarra) y en Venecia, donde las autoridades italianas les han dejado situar a Otegi a la misma altura que Nelson Mandela. Toma ya. Salvo estos pequeños respiros que, de cuando en cuando, les permite la ignorancia de algunos, para la izquierda abertzale la realidad es mucho más cruda. Estrasburgo acaba de confirmar al mundo que decir Batasuna es decir ETA. La banda ya ni siquiera se fía del todo de ellos y sólo la debilidad de los terroristas les permite de momento intentar algo. Por mucho que busquen confundir, el País Vasco no es el Ulster, ni el Kurdistán, ni Suráfrica, ni Gaza. Su sueño sería de nuevo reeditar la foto de Patxi López con Otegi, que supuso el éxito del proyecto nacido en Anoeta. Pero desde aquello los socialistas ya no están en la oposición ni en Madrid ni en Vitoria. La presencia de un polo soberanista en el espectro político vasco que en un momento pudiera servir de aliado al PNV supondría una amenaza al Gobierno del cambio. Una vuelta a empezar desde cero. Con la fórmula de las dos mesas estuvieron cerca de conseguirlo, pero ETA no quiso aprovechar la oportunidad. Ahora sólo les quedan las prisas y las ofertas desesperadas mientras el Gobierno es el que va ganando de manera holgada y a favor de corriente.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio