ROJO SOBRE GRIS
Lloro
Por Amalia Casado2 min
Opinión16-11-2009
Hoy quiero llorar en vez de escribir, y que sea viernes en lugar de domingo, porque mi hermana se ha casado y a mí los acontecimientos familiares me provocan una macedonia de sentimientos que me desbordan y se me acaban saliendo por los ojos porque dentro de mí ya no les queda espacio. Muchos piensan que escribiré sobre la boda, pero tengo tanto barullo emocional que sólo puedo escribir de lo que me pasa. Y lo que me pasa es que no puedo dejar de llorar. Ahora que lo pienso, estoy segura de que lloro precisamente en esos momentos en que el cielo se alarga y toca mi vida. Yo creo que eso sucede de verdad, que podemos disfrutar un poquito de lo que será el Cielo con mayúscula. Y como es algo tan grande, con sólo rozarnos nos tambalea como para que nos demos cuenta de que algo importante sucede, como si Dios nos advirtiera de que está ahí y quiere decirnos algo. A mí me hace llorar que no puedo querer todo lo que quiero, que por mucho que me esfuerce es inalcanzable para mí amar perfectamente como el otro necesita ser amado, y sentir al mismo tiempo como una seguridad en que hay alguien que puede completar lo que a mí me falta y dar mucho más de lo que yo siquiera podría desear dar. Y que ése es Dios. Me hace llorar cuando veo a unos padres entregados por completo en que sus hijos sean felices y pensar al mismo tiempo que no pueden hacerlo todo por mucho que lo deseen, pero que Dios se las ingenia para cuidar lo que ellos no pueden, porque Dios lo sabe todo, y ve más lejos, y cuenta con nuestros errores y limitaciones. Con sólo ver a las personas que estaba en la boda de mi hermana, lloro. Me las imagino como si yo fuera un pájaro y las contemplara desde arriba. Pienso que hasta a quienes no conozco tengo algo que agradecerles y muchos motivos por los que quererles, porque mi hermana es quien es gracias a ellos y yo soy quien soy gracias a mi hermana, luego soy quien soy gracias a todos ellos. Y pienso en mi vida, y lloro. Y pienso en las innumerables personas que se ha cruzado en mi vida, y lloro. Y pienso en que yo no podría experimentar esta maravilla si mis padres no me hubiesen querido como me quieren, y lloro. Y pienso en lo feliz y plena que estaba mi hermana el día de su boda, y lloro. Y pienso en lo que de ella y de su marido he descubierto en estos últimos días, y lloro. Y pienso en que se me olvidarán muchas cosas de las que vivo, y lloro. Y sea lo que sea en lo que piense no puedo dejar de llorar. Así que hoy dedico este Rojo sobre gris al llanto, ese misterioso y profundo llanto que se apodera de mí.
Seguir a @AmaliaCasado
Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo