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PUNTOS DE DEBATE

El Peter Pan del Pop

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura3 min
Opinión28-06-2009

A menos de una semana de la muerte del Rey del Pop, Michael Jackson, el mundo sigue sobrecogido e incrédulo por su fugaz desaparición bajo circunstancias aún no esclarecidas que le provocaron un paro cardíaco fulminante la tarde del pasado 25 de julio en Los Ángeles. Además de las cifras mareantes, comunes a asociarse al ya legendario Rey del Pop, entre las que destacan los 750 millones de discos vendidos y los 405 premios recibidos a lo largo de su carrera profesional, entre otros aspectos, más que rey, Michael Jackson fue siempre un Peter Pan en tierra de gigantes, ya que no sólo tuvo que lidiar con su fama, sino también, con su propia vida, marcada por una eterna búsqueda de compañía de niños, lo que le trajo más de un quebradero de cabeza y acusaciones en los últimos años. Hablar de Michael Jackson hace de dicha labor un reto, al tratar de comprender las múltiples facetas, temores, complejos y egos que dicho personaje seguramente albergó, y que sus actos y las paulatinas transformaciones de su apariencia física, muchas veces dieron muestras de ello. ¿Qué imagen podemos quedarnos de Michael Jackson tras su partida? Como suele suceder cuando alguien se nos va, los actos realizados por él comenzarán a ponerse en una balanza, en la que no se pone en duda el carácter icónico de sus múltiples rostros y la asociación de su nombre a un género musical tan lucrativo como el pop. Como hombre fue imperfecto, como todos nosotros, quizá más incomprendido y solitario por la fama que lo rodeaba, pero si hay algo que nadie pone en duda es la capacidad que tiene la muerte de poner en su sitio las múltiples realidades que nos rodean como personas. Michael Jackson, además de famoso, se eleva en la actualidad al selecto grupo de negros que ya no están con nosotros físicamente pero que vivirán para siempre. Tal como sucedió en el tributo ofrecido por los afroamericanos de Nueva York, en el emblemático Teatro Apolo de Harlem, por más críticas e intenciones de búsquedas escabrosas en torno a su vida y muerte, se le debe rendir honor a este niño grande que nos deleitó con su música y marcó a generaciones, sin importar edad, raza, sexo, ni condición social. Ahora queda saber cómo murió, si habrá seguido los pasos de otro legendario de la música, como fue Elvis Presley, tal como lo dejó entrever su anterior esposa Lisa (hija de éste último) en una entrevista concedida tras la muerte de su ex marido. Lo seguro ahora es que, como estrella que fue, su fallecimiento por más común que sea a todos los mortales, estará impregnado del tinte fashion propio de Hollywood, el cual le marcó durante toda su vida. Como persona que gusta de la buena música, sólo puedo compartir mi pesar por la muerte del Rey del Pop, pero también de un Peter Pan que seguramente se vio frustrado en hacernos ver o comprender su particular forma de ver el mundo, pero que ahora, tras su muerte, es, creo, lo menos importante. Lo que ahora importa es el respeto a alguien que, de una u otra forma, se metió en nuestros hogares y marcó momentos importantes en la vida de muchos de nosotros. El resto de aspectos ya seguramente tendremos momento de abordarlos con las películas, libros, artículos, etc. que comenzarán a hacerse de él tras su marcha.

Fotografía de Elías Said