SIN CONCESIONES
Michael Jackson
Por Pablo A. Iglesias4 min
Opinión28-06-2009
Un genio, el rey del pop, un maestro del baile, un mago con los pies, el último Peter Pan... hay miles de apodos para Michael Jackson. Pocos se han acordado de él durante la última década pero una vez muerto todos le elevan a los altares del mito. Así es el ser humano: capaz de pasar junto a un moribundo sin sentir la más mínima compasión y de rendirle el mayor de los homenajes cuando pasa al otro mundo. Michael Jackson ha muerto joven tras una vida vivida demasiado deprisa. Con apenas 5 años ya era una estrella de la canción. A los 11 había grabado el primer sencillo. Con 14 comenzó una carrera en solitario. A los 24 años era una estrella mundial gracias a Thriller y con apenas 30 se convirtió en el artista con mayor número de ventas de la historia. Después hizo muchas más cosas pero formaron parte del declive musical y, sobre todo, personal de un chico negro que se perdió a sí mismo por olvidar sus orígenes. Nunca parecía satisfecho. Michael Jackson era más que un cantante. Inventó una forma de bailar, dirigía sus propios espectáculos, escribía gran parte de las letras, llevó su música por todo el mundo y lloró las miserias del planeta. Mucho antes de que las empresas inventaran la responsabilidad social, organizó la producción We are the world para concienciar a los países ricos en la lucha contra el hambre y recaudar millones de dólares a favor de África. No fue una excepción. Sus vinilos siempre solían incluir algún tema por la paz y o la convivencia como Man in the mirror y Heal the world. El éxito y el dinero no le hicieron olvidarse de los más pobres. El hermano pequeño de los Jackson era un inconformista. Defendía a los de su raza pero recurrió enésimas veces a la cirujía para cambiar el color de su piel. Aquel niño negro de Indiana acabó convertido en un blanco de Los Ángeles. Adquirió más fama y poder que Martin Luther King pero renunció a una de sus señas de identidad para vender más discos y mutiplicar su aceptación social. Michael Jackson hizo realidad el sueño de muchos negros dos décadas antes de que Barack Obama llegara a la Casa Blanca. Si en la década de los 90 se hubiera presentado a las elecciones en Estados Unidos, puede que Jackson hubiera sido el primer presidente de raza afroamericana. En aquella época lo tenía todo y encarnaba todo lo que los jóvenes querían ser. La muerte alcanzó a Michael Jackson demasiado pronto, quizá porque vivió demasiado deprisa o porque la vida tenía poco más que ofrecerle. Las acusaciones de pederastia minaron su fama, pero la Justicia le declaró inocente. Puede que esa pasión por los niños fuera únicamente el reflejo de una frustración regresora por haberse saltado la infancia. El rey del pop nunca tuvo la oportunidad de ser niño y cuando se dio cuenta trató de volver a serlo. Pero entonces era tarde. Su vida y su muerte prematura como consecuencia del abuso de tranquilizantes nos dejan muchas lecciones: 1) Nada hay imposible. De una humilde familia nació una estrella mundial que pasará a la historia como una leyenda de la música. 2) Todos somos iguales, blancos o negros, es el trabajo y el esfuerzo humano el que nos diferencia a unos de otros. 3) Lo difícil no es ser el mejor, sino mantenerse en el puesto más alto. Michael Jackson batió todos los récords de la música y elevó el listón artístico una y otra vez, hasta que tiró por la borda su presente y con él su futuro. 4) Hay que ser fiel a uno mismo, a sus orígenes y a sus principios, sin estridencias ni camuflajes. Debemos aceptarnos como somos y ofrecernos tal cual para que los demás puedan valorar nuestra esencia. 5) La vida es un larguísimo camino que merece la pena ser recorrido paso a paso, sin atajos, sin trampas, sin complejos, para saborear al máximo todas y cada una de las etapas. 6) Todos moriremos algún día, incluidos los héroes, los ricos y los gobernantes. Esta es la norma vital que nos equipara por completo y que debería llamarnos a reflexionar cómo queremos llegar al final de nuestros días.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito