Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE SOCIEDAD

De cumbre en cumbre

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad07-06-2009

No crean, queridos lectores, que los políticos, representantes de los ciudadanos, directivos de empresas, instituciones u otros organismos no trabajan. Sus agendas están repletas de reuniones, congresos, asambleas, encuentros, cumbres multi o bilaterales, jornadas, cursos, mítines, presentaciones y conferencias. Y, no crean, queridos lectores que hacer de abeja es fácil. Sólo que el trabajo de las abejas, aunque sea en poquitas cantidades, suele dar un fruto mucho más nutritivo y dulce que el desempeñan algunos –no generalicemos- de los ciudadanos citados anteriormente. ¿Para qué sirve una cumbre preparatoria de otra cumbre en la que se va a hablar de un documento firmado por un buen puñado de representantes de países que prácticamente todos incumplen? Hablamos del Protocolo de Kioto, un manido texto que se concilió para tratar de dar respuestas urgentes al maltrato que el hombre está dando al medio ambiente, el medio donde supuestamente deben nacer sus hijos, donde sus sucesores tendrán que sobrevivir. Las reuniones están bien si son efectivas. ¿De qué vale una foto entre dos miembros de dos supuestos colectivos enfrentados ideológicamente, si cuando se aparten luces y taquígrafos volverán a ponerse la zancadilla? Es una lástima, pero con Kioto pasará lo mismo que con aquella famosa cumbre internacional para hablar sobre los problemas de alimentación en el Tercer Mundo: que quienes se reunieron se pusieron las botas, gastronómicamente hablando, mientras que al mismo tiempo morían miles de niños en otro lugar del Planeta por culpa de la hambruna. Resulta incomprensible, cuanto menos, esta doble moral que está vigente en la sociedad contemporánea occidental. Y lo que más duele, o debería hacerlo, es el tiempo precioso que se pierde en estos quehaceres. Los mandatarios se reúnen para hablar contra el cambio climático y para acudir a la cita se desplazan en aviones que en conjunto contaminan más que una fábrica. Ponemos en alerta a medio mundo por una gripe que aún no causa más muertes que cualquier otra enfermedad, mientras siguen sin acceder a la medicación millones de enfermos de sida en todo el mundo. Prometemos un ordenador a cada niño y no le enseñamos a decir “gracias” y a esforzarse por conseguir las cosas y construir su propia personalidad. Pero claro, de todo eso seguro que no da tiempo a hablar en las grandes cumbres, así que de ello se ocuparán las pobres abejitas. Por cierto, dicen los expertos, que presten atención: si dejan de ver a estos aparentemente insignificantes animalitos, preocúpense de veras por el Protocolo de Kioto. Mientras tanto, tomen una decisión rápida y pónganse manos a la obra.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo