ANÁLISIS DE ECONOMÍA
Cuestión de monedas
Por Gema Diego
1 min
Economía00-00-0000
¿Han probado a convertir en pesetas los precios de los productos que consumen cotidianamente, seis años después de la llegada del euro? No hablo de transformar las grandes cantidades, como sucede cuando se habla de las ventas de pisos o de grandes propiedades, sino de calcular en pesetas la cesta de la compra o la factura del teléfono. Y posiblemente, lo que pensado en euros no produce ni frío ni calor, mutado en pesetas asustaría. Y asustaría porque, cuando nuestro cerebro recurre a nuestra antigua moneda, lo hace también recuperando los niveles de precios de antaño. Este susto nos da una idea de lo que ha avanzado la inflación –y nosotros casi sin enterarnos- en los últimos seis años. Entonces, ¿qué ocurre?, pueden preguntarse. Pues que el euro nos ha traído incrementos en los precios, sí, pero también nos ha concedido, por fin, una moneda fuerte, capaz de aguantar el tipo frente al dólar. Lejos ha quedado la época de las devaluaciones de la peseta, en busca de aumentar las exportaciones y atraer al turismo. Por eso, suenan anacrónicos los planes de Letonia, que pueden contagiar incluso a las otras dos repúblicas bálticas. Qué veneno tendrá esta crisis que hasta es capaz de resucitar al fantasma de las depreciaciones, y con lo que ello conlleva, con las posibilidades que existen de hundir al país por la apreciación de sus deudas. Así que habrá que agradecer al euro que en España no nos veamos metidos en una tesitura similar.
