Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN CONCESIONES

La moción de censura

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión07-06-2009

Quienes decían que esta era la peor campaña electoral de la historia tienen que comerse sus palabras. Quienes auguraban una bajísima participación en las urnas deberían cambiar de profesión. Quienes criticaron a los candidatos tendrían que refrescar su memoria. Las elecciones europeas han pasado y nos dejan varias lecciones que aprender. Primera: no es verdad que a los ciudadanos no les interese la política. Segunda: no es verdad que las campañas sean aburridas. Tercera: no es verdad que nuestros políticos sean un desastre. Cuarta: no es verdad que todos sean unos corruptos. Y podríamos seguir. La mejor prueba de que ninguno de estos prejuicios es verdad reside en que la asistencia a las urnas ha subido con respecto a 2004. Aquella campaña sí que fue mezquina y bochornosa con el 11-M y la retirada de las tropas de Iraq como principales armas electorales por uno y otro lado. Quienes aún sostienen que esta campaña ha sido la peor de la historia es porque en absoluto recuerdan aquella. Los que hablaban de moción de censura tendrán que esperar. Los que aguardaban repetir la victoria de hace un año estarán ahora llorando por las esquinas. Ni una cosa ni la otra. Mariano Rajoy ha logrado una gran victoria que le consolida al frente de la oposición pero eso no preocupa lo más mínimo en el PSOE. Al contrario, seguro que Zapatero se frota las manos cada vez que piensa que su principal adversario político seguirá siendo el gallego, al que tiene cogida la medida. La derrota del PSOE es especialmente sintomática apenas un año después de las últimas generales. Muy mal lo ha tenido que hacer el Gobierno para que Zapatero haya perdido ocho puntos en apenas 15 meses. En realidad, lo ha hecho peor que mal pero parece que los ciudadanos no acaban de vislumbrar una alternativa en Mariano Rajoy y por eso el PP apenas consigue dos escaños y 600.000 votos de ventaja. Muy buen resultado, pero poco más. Los que soñaban con una moción de censura, tendrán que borrarla de sus sueños. Los que anhelaban elecciones anticipadas, deberán de aguardar a otro momento. Nada de eso ocurrirá. El PSOE ha salido derrotado claramente pero se parece más a un boxeador sonado que a uno tumbado sobre la lona. No está muerto y es capaz de darle la vuelta a la situación. Estas elecciones son una oportunidad de aprender para todos. Los sociólogos: a ser más rigurosos con los pronósticos. Los periodistas: a hacer análisis conformes a la realidad. Los políticos: a escuchar las demandas de los ciudadanos. La oposición: a lanzar un mensaje ilusionante. El Gobierno: a atender los problemas de verdad en lugar de los ficticios. Casi todo el mundo llegaba a estos comicios con una idea en la cabeza, con una suposición, con un prejuicio que no se ha visto correspondido. Todos hemos salido derrotados en las urnas y sólo uno ha salido vencedor. Mal haría en confiarse el PP si piensa que el cambio está aquí. De momento hay un fuerte rechazo a la gestión política y económica de Zapatero. El cambio únicamente llega cuando se consigue ilusionar a los ciudadanos y al resto de los partidos de la oposición con un proyecto serio, eficiente y prometedor. Cuando sea capaz de ofrecer eso, el cambio se hará realidad.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito