ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Engañadas como tontas
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad31-05-2009
Nos lo hemos creído. Nos dijeron que podíamos llegar lejos en los estudios, y sacamos las mejores notas; que podíamos encontrar un trabajo fuera de casa, y por ello ahora también padecemos que nuestro nombre esté en las listas del paro; que podríamos alcanzar, incluso, un puesto de responsabilidad en la Universidad, la política, la administración o las empresas, y ahí estamos, con aún pocos casos, pero dando ejemplo de que las mujeres son ese 50 por ciento de la población que también puede realizarse como persona. Sin embargo, nos han engañado y hemos caído en el error de la forma más tonta, porque precisamente esa realización no es plena. No queda tiempo para otras cosas. ¿Quiénes sacrifican sus ascensos profesionales por la maternidad? ¿Quiénes se ponen en un segundo lugar cuando llegan los hijos? ¿Quiénes asumen el papel de amas de casa si el marido tiene unos horarios laborales aún mucho peores? Es evidente que nunca es bueno generalizar, pero salvo excepciones honorables, muchas mujeres pagan el pato de la mal entendida igualdad. Y sin embargo ahí están. Ahí estamos. Un domingo más, un lunes, un martes... Repasando la agenda del día siguiente mientras se lava la ropa; pensando en qué se puede hacer de cena a la vez que se cumple con una colaboración que se comprometió hacer en el "tiempo libre"; continuando con la formación académica; ideando cómo poner un proyecto en marcha; buscando nuevas opciones profesionales; cuidando de los suyos; escuchando; cocinando... ¿Para qué? Si los días pasan deprisa y el contorno de ojos que aparece cada mañana en el espejo revela la obviedad. ¿Para qué? Si aún nosotras mismas nos obliagamos a cumplir con una maratoniana jornada y encima hacerlo con los tacones puestos; si las propias mujeres queremos llegar a catedráticas, a presidentas del Gobierno y dueñas de una multinacional echando más tiempo que el resto; si las féminas ya han demostrado de sobra como personas que pueden llegar tan lejos o más que los hombres. Pero, pobres, nadie nunca dio la clave de cómo volver a encarnar el verdadero significado de ser mujer.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo