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SIN CONCESIONES

La fuerza de la palabra

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión14-01-2002

Hay testimonios que duran toda una vida. Hay frases que tornan verso y llegan a lo más profundo de nuestro corazón cada vez que las escuchamos. Siempre recuerdo y recordaré la poesía de Mario Benedetti como una de las que más pasión y sensibilidad trasmite al mismo tiempo. "La caricia no es la copia / de otra caricia lejana / es una nueva versión / casi siempre mejorada". Este poeta uruguayo -que no argentino- es uno de los grandes maestros que siempre ha ensalzado el poder de la palabra frente al resto de los sentidos. Él, que vive siempre entre Madrid y Montevideo, estará ahora, supongo, muy preocupado de cuanto acontece en su país vecino. La patria de la retórica y el verbo fluido adolece de un defecto: los políticos no tienen tacto. Los argentinos son, ante todo, unos genios del lenguaje. Sus labios suelen convertir en poesía cada aviso, cada sentencia y cada improperio que fluye de su pensamiento. Reconozcan ustedes que hasta una palabra fea suena distinta en voz de un pibe. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes... pero hay ocasiones en las que un testimonio de la calle adquiere más fuerza que el de la más poderosa de las autoridades. Hace pocos días, llegó a La Semana.es una Carta al Director. La firmaba Sebastián Tarantini al contemplar las desgracias que asuelan su país. Por las calles, él sólo veía "tristeza, desconfianza, miedo, ilusiones pisoteadas, negocios destruidos, gente con hambre, políticos infelices, políticos incompetentes, políticos incapaces, dirigentes mediocres, ñoquis, empresarios quebrados, evasores, negreros, empresarios inescrupulosos, gente muy triste...". "Yo no quiero seguir así, estoy cansado, me duele, me dan ganas de agarrar la almohada esta noche y llorar con lo que le hicimos a este país, con lo que le robamos a este país, con la alegría que perdimos, con la tristeza y la desolación que supimos merecer". ¿Quién dijo que una imagen vale más que mil palabras? ¿Alguien lo comparte todavía? "Es hora de hacer algo", continuaba Sebastián, "es hora de cambiar, ¡basta! no podemos seguir igual, no sé si nos daremos cuenta esta triste noche de que nos estamos hundiendo solos, de que hay que cambiar instituciones y conceptos que en este país son verdad de fe". Estos esbozos de desesperación fluían de su boca como versos que claman contra la clase política. Tantas veces ha gritado la poesía contra el poder y los políticos... y tantas más se alzará. Tal y como están las cosas, a Argentina sólo le queda una esperanza: que "Dios ilumine a este país" (Sebastián Tarantini).

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito