ANÁLISIS DE DEPORTES
Hamilton, contra sí mismo
Por Roberto J. Madrigal3 min
Deportes14-09-2008
Con las cuatro últimas carreras por disputar, todas ellas ya lejos de suelo europeo -Singapur, Japón, China y Brasil-, el gran circo se plantea dos grandes cuestiones: quién será el campeón y cuáles los destinos de los pilotos para 2009. Para la primera cuestión, el debate -salvo sorpresa- ha quedado ceñido a dos nombres: Lewis Hamilton y Felipe Massa. El británico, el menos irregular de los aspirantes, es el mejor situado. Sin embargo, pese a sus excelentes dotes para pilotar sobre agua, a Hamilton aún le falta un punto de cuajo, concretamente mayor control para leer las carreras. Como ocurrió en Silverstone, le puede la ambición y busca riesgos excesivos porque se empeña en machacar a sus rivales. Sea bienvenido para el espectáculo, pero exponiéndose a accidentes y sanciones -véase Spa-Francorchamps-, Hamilton puede llegar a tirar por la borda, al igual que le sucedió en 2007, un título mundial que parece claro a su favor. Se critica, además, el asesoramiento de su padre, Anthony, porque sus decisiones no refuerzan su prioridad en el pilotaje, sino que desvía a su hijo, que aún no ha sido campeón, hacia la publicidad y la farándula. En el aspecto mecánico, la superioridad de McLaren con respecto a Ferrari es un hecho. La escudería de Maranello parece haber vuelto a sus antiguos vicios y la organización no es todo lo fiable que debería, más aún comparándola con los tiempos recientes de Jean Todt, Ross Brawn y Michael Schumacher. La falta de fortuna, o de previsión, ha provocado fallos que han condenado al teórico primer piloto, Kimi Raikkönen. Así, pese a sus limitaciones, el brasileño Felipe Massa se encuentra con opciones de ganar el campeonato. El paulista, más centrado desde su matrimonio, sigue siendo un extraordinario calificador y ha mejorado su consistencia en carrera, pero no se las ha visto en verdaderos duelos directos contra su gran rival, Hamilton, y se ha diluido siempre que la lluvia ha estado presente. Hasta tal punto ha sido así, que muchos tifosi apostaban por la llegada de Fernando Alonso para 2010. Sin embargo, la Scuderia le cerró las puertas al ovetense, que pese a todo, se tomó la negativa con filosofía. Sus opciones, no obstante, se centran en analizar lo más a fondo posible las opciones que se le presentan para 2009, sin descartar la continuidad en Renault. Por si acaso, Flavio Briatore y Carlos Ghosn, el presidente de la marca del rombo, ya le han prometido un aumento en el presupuesto destinado a la Fórmula 1 y trabajan con la asociación de equipos en revocar la congelación de cinco años en el desarrollo de motores, un aspecto en el que Renault se ha quedado atrás. La otra opción fiable sería BMW, un proyecto serio y competitivo que, sin embargo, arroja dudas por su bajón de rendimiento desde que cumplió el objetivo de la temporada, ganar una carrera, en el Gran Premio de Canadá. Por último, Honda -que ha echado los tejos abiertamente al bicampeón español, es una opción que apenas cuenta con el aval de Brawn, ya que su rendimiento ha sido malo durante todo el campeonato.