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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Si los políticos imaginaran su muerte

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
España31-12-2001

"Es cuestión de horas", les comentó Salvador, el médico. "Se muere". De súbito, sin que nadie pudiera imaginarlo, en menos de 12 horas desde que comenzó a sentirse mal, Goya decía adiós aniquilada por una trombosis. En la cama del hospital, ignorando que su vida aquí terminaba, se despedía -sin saberlo- pensando en los demás. "¿Me traeréis un móvil para felicitar mañana a Juan?" (su sobrino de Perú). "¡Tenía que haber puesto a remojo el bacalao para la cena de Nochevieja!". Y la vida de los que se contemplan ante la muerte se replantea. El tiempo cobra una nueva dimensión. Puedes morir mañana y no hay tiempo que perder. Hay que apostar por lo que verdaderamente merece la pena: mañana siempre es tarde. Señores políticos: imaginen su muerte. Imaginen el balance de sus vidas. Imaginen lo que pudieron hacer y no hicieron. Piensen que en sus manos hay instrumentos privilegiados para dignificar la vida de los hombres, para cambiar el rumbo de la historia. Reflexionen sobre la misión que les ha tocado cumplir. Y sean valientes: ustedes que hablan de libertades, ustedes que tiene ojos para ver mejor, mentes lúcidas para comprender mejor, buenas palabras para argumentar mejor, poder suficiente para actuar más rápido.. sean valientes. Apuesten por lo que su corazón les diría, al borde de la muerte, que pudieron hacer y no tuvieron coraje para emprender. ¿Acaso es suficiente escribir en una lista las organizaciones terroristas de la Unión Europea si los países miembros no tienen medios jurídicos para impedir su financiación? ¿Es que no hay más remedio que aceptar que miembros de Ekin sean encarcelados hoy y puestos en libertad mañana por simples rivalidades internas entre los responsables de la Justicia? ¿Es que no puede explicarse mejor qué intereses gangrenan al Partido Socialista de Euskadi para que, para ganar electorado, esté dispuesto a involucrarse en la ambigüedad del nacionalismo actual? ¿Es que la independencia del País Vasco, señores nacionalistas, merece la vida de siquiera un hombre? ¡Con qué concierto desconcertante quieren hacer comulgar? Ante el espejo de la muerte, disculpen, señores, descubrirán la verdad. Sean los hombres de altos y nobles ideales que están llamados a ser. Y sean valientes para demostrarlo. Ganarán las elecciones de la vida, y dignificarán la de muchos más. En lo que se toman doce uvas, pueden cambiar el mundo. Dedicado a Consuelo y a los que quiere

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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