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EMPRENDEDORES

Disminuye la creación de empresas y aumenta la morosidad

Por María García CiracTiempo de lectura2 min
Economía11-05-2008

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en marzo de 2008 se han creado un 40,4 por ciento menos de sociedades mercantiles que en el mismo período del año anterior. En lo referente a la morosidad, el Banco de España avisa de que los niveles actuales no son preocupantes, pero es cierto que se están elevando.

Algo no debe de estar yendo del todo bien cuando los empresarios que, en teoría, son los que saben de economía, no crean empresas. Aunque en cierto modo es comprensible, dado que el mercado no presenta ni la más mínima garantía de éxito. La consecuencia de esta carencia de confianza y, por consiguiente, disminución a la hora de asumir riesgos, ha quedado plasmada en datos. Según los que ha proporcionado el INE, referentes a las empresas, no sólo ha disminuido la creación de sociedades sino que, de las ya existentes, sólo unas pocas han ampliado el capital. En concreto han sido unas 3.390 compañías o, lo que es lo mismo, un 27,6 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado. Pero no todo ha sido negativo, puesto que en marzo se han disuelto menos empresas que en el mismo mes de 2007. Exactamente un 11,3 por ciento menos que, si bien es cierto, no compensa los datos anteriores, hace entrever que aunque llueve mucho, es un poquito menos que lo que parecía a priori. Otro tema preocupante es la morosidad que, aunque está subiendo, no lo hace de forma alarmante. O al menos eso es lo que intenta transmitir Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, puesto que habla de esta subida pero aclara que los niveles actuales son “bajísimos”. Además, parte de la culpa de esta subida del índice de morosidad se debe a las estrictas normas que se aplican en España y no sólo a la situación económica actual. Fernández Ordóñez también indicó que “no va a bajar el nivel de provisiones”, sino que el esquema de funcionamiento se va a adaptar a las normas de Basilea II. De esta forma, asegurará la protección de las entidades financieras frente a los diversos riesgos que puedan provenir de áreas sobre las que no se puede ejercer ningún control o, en el mejor de los casos, un mínimo control.

Fotografía de María García Cirac