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DESASTRE NATURAL

Las comunicaciones complican la llegada de la ayuda a Myanmar

Por María ReyesTiempo de lectura2 min
Sociedad09-05-2008

El futuro de Myanmar tras el paso del devastador ciclón Nargis es incierto. Los numerosos daños personales y los incalculables daños materiales producidos por el mismo los ha sufrido, en su mayoría, una zona del país vital para la cosecha de arroz. Por ello, la Organización de Naciones Unidas (ONU) teme por un posible desabastecimiento de la zona.

A pesar de que el gobierno militar al que se encuentra sometido Myanmar no ha aceptado ayuda alguna de la comunidad internacional en décadas, esta vez, y debido a la extrema situación, ha tenido que pedir colaboración tras la tragedia. De esta forma, y aunque algunos equipos humanitarios esperan aún recibir visados para poder entrar sin problemas al país, organizaciones internacionales y no gubernamentales se han puesto manos a la obra para reducir al máximo las nefastas consecuencias del desastre natural. Cinco equipos de Unicef especializados en este tipo de emergencias ya están diagnosticando la situación, mientras que Acción Contra el Hambre ya ha puesto en marcha una intervención de emergencia para cubrir las necesidades más urgentes de albergue y de agua potable. Por su parte, la Federación Internacional de la Cruz Roja ha pedido, urgentemente, cuatro millones de euros para poder financiar la compra de material de primeros auxilios necesario. Sin embargo, la recuperación de la zona se desarrollará de manera muy lenta. Esta situación se debe, entre otras cosas, a los problemas con los que se encuentra la ayuda humanitaria. No sólo son de tipo político por parte del país, sino que, además, las comunicaciones están destrozadas, los caminos bloqueados y las pistas de aterrizaje dañadas, por lo que es muy complicado hacer llegar lo necesario a las zonas más afectadas. Varias agencias de la ONU, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el Programa Mundial de Alimentos (PAM) se han reunido para valorar la situación y elaborar un plan de acción mediante el que reabrir las carreteras bloqueadas y poder así llegar a los más necesitados. En este tipo de casos, no puede saberse con certeza cuándo volverá el país a la normalidad. Unicef calcula que, durante el mes de junio, los niños podrán volver a la escuela si los fondos y donaciones son suficientes para iniciar la fase de reconstrucción. Este es el desastre natural más devastador ocurrido en la zona desde el tsunami. El maremoto ocurrido en diciembre de 2004 produjo la muerte a más de 200.000 personas. Cuatro años después, se han recaudado grandes dosis de ayuda y se han invertido más de 100.000 millones de euros en su recuperación. Pero, aun así, centenares de personas siguen viviendo en refugios.

Fotografía de María Reyes