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ITALIA

De la debilidad de Prodi a la supremacía de Berlusconi

Por Iara MantiñánTiempo de lectura2 min
Internacional20-04-2008

La ley electoral, adoptada en diciembre de 2005 durante el Gobierno de Silvio Berlusconi, es de proporcionalidad pura, también llamada uninomial, lo que favorece la fragmentación del Parlamento y la inestabilidad de los gobiernos.

La ley electoral italiana asigna automáticamente en la Cámara de Diputados la mayoría de 340 escaños sobre un total de 630 -en España hay 350 casi la mitad- al partido o a la coalición que obtenga más votos. Por ello, en las elecciones de 2006, la coalición de centro izquierda liderada por Romano Prodi alcanzó una cómoda mayoría en esa Asamblea pese a contar con sólo 25.000 sufragios de ventaja. El sistema de recuento es diferente en el Senado, que tiene 315 escaños. El premio para la mayoría es asignado en base a la región. Italia está dividida en 20 regiones y cuanto más poblada es la región, mayor es el premio en escaños. Por ejemplo en Lombardía, la región más poblada de Italia, la coalición o el partido que gana obtiene como premio 26 escaños sobre el total de 47 atribuidos por la ley. Si una formación supera el número de escaños atribuidos por el premio, como le ocurrió en 2006 al centro-derecha en Lombardía, que obtuvo 27, se quedó con uno más, los 27, y la coalición perdedora cedió uno. Ese complejo sistema electoral, que según expertos fue copiado de una propuesta hecha durante el régimen fascista, generó la paradójica situación de hace dos años: Prodi obtuvo la victoria en el Senado, por dos escaños más, pese a que la coalición de derecha contabilizó más votos a nivel nacional, por eso si un día faltaba un escaño en el Senado, Prodi se quedaba sin respaldo. Por segunda vez en la historia de Italia, en las elecciones pasadas, 12 diputados y seis senadores del Parlamento italiano fueron elegidos por los italianos que residen en el exterior, que son cerca de tres millones. La ley electoral dividió el mundo por circunscripciones electorales y a Sudamérica le otorgaron dos lugares en el Senado y tres en la Cámara de Diputados. El adelanto de las elecciones Todo empezó con la dimisión de Romano Prodi al no encontrar el consenso del Senado en política internacional. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, pidió a Prodi que siguiera en funciones hasta que se solucionase la situación. La idea de Napolitano era hacer una reforma de la ley electoral sin anticipar las elecciones. Un hombre fue el encargado de tal tarea: Franco Martini, ex presidente del Senado. Su misión consistía en configurar una ley que haría desaparecer a un buen número de mini partidos que componen la coalición de la izquierda para promover frente al centro derecha de Berlusconi un consistente partido “progresista”. La idea era buena, pero la presión del partido de Berlusconi, junto con su dominio en los medios de comunicación, así como la disparidad de ideologías que componían la coalición de la izquierda, dieron como resultados la no reforma de la ley electoral, el adelanto de las elecciones y la mayoría absoluta del nuevo primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi.

Fotografía de Iara Mantiñán