ANÁLISIS DE ESPAÑA
Campaña a la americana
Por Alejandro Requeijo
3 min
España24-02-2008
Bipartidismo, asesores por todos lados, debates televisados…Todos estos elementos pueden parecer los propios de la contienda que, desde hace semanas, libran entre ellos demócratas y republicanos en EE.UU. para elegir aspirante a la Casa Blanca. Pero no, se trata de España. Lo de aquí se parece cada vez más a lo de allí. Excepto que aquí aun nos falta eso de las primarias a todo trapo, pero todo se andará. Puede que algunos las convoquen para después del 9-M. La mujer ya está preparada, solo falta el negro. Sin embargo, hasta ese momento, todavía quedan dos semanas en las que, como en el amor y en la guerra, todo vale. La campaña electoral –la oficial, claro, porque en realidad la campaña comenzó un segundo después del 14-M- ha arrancado y unos y otros apuntalan sus estrategias. Como decía aquel, las ligas se ganan o se pierden en los diez últimos partidos y unas elecciones también. Para ello, después de 16 años de ausencia, se ha reimportado el inventó de los debates televisivos. La política reducida a una imagen, las ideas a una frase ocurrente que quepa en un titular. Solbes y Pizarro decepcionaron en su función de teloneros del gran cara a cara. No obstante, el enfrentamiento no estuvo exento de sorpresas de las que se pueden extraer algunas conclusiones. El tema era el de la Economía, cuestión clave en la que los populares han basado buena parte de sus bazas electorales en este sprint final de legislatura. Y su representante era el vencedor de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el fichaje estrella del PP, Manuel Pizarro. El mismo que se presentó a puerta gayola con un “¡yo debato con quien sea, que vayan saliendo!”. Pagó cara su soberbia porque un Solbes tranquilo y solvente le dio a él y a su partido con la primera en la frente mientras el flamante número dos se perdía en demagogias y argumentos barriobajeros. Solo los funcionarios de Justicia en huelga con sus boicots a Zapatero en pleno informativo han devuelto algo de naturalidad a los cada vez más enlatados mítines de campaña. Otra copia de lo que se hace allí y que ha terminado con la tradición del líder emitiendo mensajes a capela sobre unos improvisados maderos. Sin trampa ni cartón. Y es que hasta las mujeres de ambos candidatos se han subido al carro de la política-imagen saliendo de su anonimato. Elvira y Sonsoles olvidan por unos días sus labores para convertirse en aspirantes a primera dama. Prestándose a los deseos de los asesores con master en la Universidad de Columbia que intentan convencer a al electorado de que es mejor para su futuro un presidente con la familia unida que con las ideas claras. No obstante una cosa es el traje y otra la percha. De momento, parece que Rajoy ha empezado con mejor pie la campaña. Sus mensajes parecen llegar más a la gente. Hace bien en dejar aparcado el lenguaje de crispación que tanto bien le hace a sus oponentes y optar por hablar de “los verdaderos problemas que afectan a la gente”. Y así, mientras el PP huye de fórmulas ya fracasadas, el PSOE se estanca en viejas proclamas. Tan es así que, a estas alturas, Zapatero todavía parece no sentirse cómodo. Cuando ya van varios días de contienda electoral, todo su mensaje bien se puede resumir en una frase: “cuidado, cuidado que viene el lobo”, es decir el PP. Zapatero recurre así a la más pura teoría del miedo tan practicada por su admirado Bush. Pero hay una diferencia, y es que para el presidente norteamericano el coco son los terroristas y en ese campo Zapatero no va a sacar mucho el pecho. A no ser que a pocos días de las elecciones el líder socialista se desmarque con un golpe de efecto a la americana. Ahí va una idea: la detención a bombo y platillo del jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu alías Txeroki reconvertido en su Ben Laden particular. ¿A alguien le sorprendería?. Se aceptan apuestas.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio