UN VENEZOLANO EN COLOMBIA
¿Hasta la victoria siempre?
Por Elías Said3 min
Opinión24-02-2008
La semana pasada Fidel Castro anunció su retiro definitivo al cargo que ha estado unida su figura en los últimos 40 años. Para todos, a pesar de que se intuía esta decisión como consecuencia de su convalecencia crónica desde hace año y medio, aproximadamente, nos ha causado sorpresa la forma en que fue dada su noticia, a pocos días de decidirse en Cuba el próximo jefe a cargo del país. Fidel termina por dejar el poder, al menos formalmente, a manos de otra persona, el cual estimo que terminará siendo, su hermano menor Raúl Castro, quien tiene menos carisma que éste y tiene fama de persona dura, pero también goza de rasgo de estadista y hasta de un progresismo mayor que Fidel. Ello además de contar con la experiencia requerida para el cargo. Pese a mis críticas contra el sistema cubano y la perpetuación del poder de Fidel, hay que reconocer que su figura se ha ganado un puesto en la historia contemporánea, no sólo regional, sino mundial, ya que a pesar de las quimeras que se hagan de la “Cuba sin Fidel”, el movimiento dado por éste la semana pasada, termina apuntando un escenario menos catastrofista de la revolución cubana, después de su muerte. El pase a las “sombras” del camarada Fidel traerá un proceso de apertura controlada y evolutiva de la revolución cubana dirigida por éste, de cara a poder garantizar un espacio más ágil y coherente a los nuevos tiempos y retos que la sociedad contemporánea, en general, vive; traduciéndose esto en un escenario en el que, muchos, aspiramos una mejora de la calidad de vida en Cuba. Es en este contexto, donde Fidel continuará siendo el balance de un país pequeño geográficamente pero muy importante al momento de encarnar la lucha entre “David y Goliat”, la cual ha tomado, muchas veces, su posición contra Estados Unidos y el poder que éste país ejerce en la región. Tomará un poco más de tiempo ver en la plaza de la revolución de la Habana el primer lugar de comida rápida típicamente norteamericano (McDonald), pero creo que los vientos que recorren Cuba albergan un proceso lento pero progresivo donde el debate y la construcción del modelo de país que sus nacionales aspiran tomarán un mayor rasgo colectivo y no personalista como el actualmente encarnado por el comandante Fidel, ya que Raúl Castro o cualquier otro que termine siendo elegido, deberá tomar el camino del diálogo, autocrítica y la mejora de la gestión del gobierno cubano como su principal estandarte para hacerse cargo de un puesto regido por uno de los más carismáticos personajes a nivel nacional e internacional. Por ello, el “Hasta la victoria, siempre” debe entenderse como lenguaje vivo al analizar la jugada de Fidel de esta semana, el cual a llegado a un punto en el que su convalecencia le ha hecho entender o le han hecho ver sus asesores, la necesidad de dar paso a una nueva persona que tome el timón de Cuba, aunque solo sea a nivel formal, ya que él siempre tendrá un poder político y carisma difícil de contrarrestar y mucho menos oponerse, tanto vivo como después de que deje de estarlo, al menos por muchos años.