ANÁLISIS DE ESPAÑA
Zzzzzzzzz...
Por Alejandro Requeijo4 min
España21-10-2007
Resulta que el otro día llaman a mi hermana por teléfono. Era una amiga suya que, desesperada ella, solicitaba urgentemente colaboración porque no tenía que ponerse para la boda de Fulanito Pérez. Hasta aquí todo normal dentro de la peligrosa ecuación boda-mujer-fondo de armario escaso. Pero lo grave es que el típico qué me pongo que asalta a toda muchacha antes de las grandes citas, en esta ocasión, llegaba a cuatro meses vista de la boda. Como todo el mundo sabe, y más en los tiempos que corren, si una no tiene el modelito definitivo colgado de la percha al menos con cuatro meses de antelación, está perdida. De lo contrario, corre el riesgo de plantarse en el evento prevista de cualquier harapo adquirido a última hora. Y ponte tú a calcular tallas y abrochar cremalleras con la variante del kilo y medio de rigor que se coge por culpa de los nervios. Finalmente, la chica saldó su angustia cuando mi hermana prometió prestarle la camiseta negra que llevó en aquella fiesta de no sé quien el sábado pasado. El caso. Aún a riesgo de ser tildado de histérico, reconozco sentirme estrechamente identificado con la joven, aunque por razones bien distintas. En lugar del qué me pongo, en mi caso, la duda es a quién voto. Y sólo quedan seis meses para las elecciones. Después de una legislatura encarnizada en la que la campaña ha sido continúa, todo el mundo parece tenerlo más que decidido. Al menos la mayoría. Es como si junto al modelito de la percha tuviesen ya su papeleta doblada y metida en el sobre encima de la mesa. Dentro de este grupo están, como siempre, los que entienden la democracia como un partido de fútbol en el que un bando gana y, sobre todo, el otro pierde. Pero fuera de ellos están el resto entre los que se encuentran aun muchos indecisos. La misión y el objetivo de los partidos es facilitarles las cosas a estos últimos. Pero viendo los intentos recientes parece que su objetivo es justo el contrario. El tiempo corre, las dudas y los nervios crecen y viendo las opciones, el panorama es desolador. Me explico. Admitiendo con resignación que los europeos –imitando lo que no debemos de imitar- hace ya tiempo que dejamos de votar ideas para votar caras bonitas, hemos acabado por tener lo que nos merecemos. Y así nos va. El resultado es un esperpéntico uso de lo audiovisual con el que unos y otros castigan al electorado, más si cabe en estas fechas. Aquí la forma siempre es más importante que el fondo. Si el último en hacer el ridículo fue Rajoy, para más inri empleando en ello la bandera de todos, ahora es Zapatero el que va y hace lo propio. La diferencia es que, al fin y al cabo, Rajoy sólo es líder de la oposición. Pero cuando uno es líder del Ejecutivo tiene además que demostrarlo y parecerlo. Es como ese padre que presume ser el mejor amigo de su hijo. Mal asunto pues. Un padre es un padre y un amigo un amigo como un presidente del Gobierno es un presidente y no un presentador de tertulia rosa de televisión. Vergüenza ajena es lo mínimo que a una persona inteligente le puede producir el último video-circo creado por el Gobierno. ¿Tono desenfadado?, ¿enalteZimiento del analfabetiZmo?, ¿Todo eso para vender la gestión de su legislatura?. De nuevo la duda: ¿De verdad que la cohorte de asesores que puede tener un presidente del Gobierno solo es capaz de parir esa chorrada?. ¿De verdad no tienen nada más que ofrecer a un electorado?. Lo que temo ya no es que lo tengan o no, lo que temo es que lo tengan pero que directamente no les sea necesario ofrecerlo. Porque les vaya mejor con esas paridas. Porque el mensaje llegue así a más gente. Hasta dónde hemos llegado. Donde habrá quedado el cajón de madera y los cientos de personas escuchando ideas a capela. Así, sin pilotitos rojos que se encienden a la hora del telediario ni fotoshop. Todo real, a pecho descubierto. Está visto que a más de uno puede que el fondo de armario se nos ha quedado antiguo y apolillado. Tocará renovación entonces. Pero de momento la alternativa es aburrida, simple, insípida y soporífera de solemnidad. En lugar de ir a votar, a lo único que invita es a un largo y placentero sueño. Zzzzzzzzzzzzz…… ¿Será lo que buscan?.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio