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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Las mayores personas

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad30-09-2007

Dicen que la experiencia es un grado. Pero también lo son el aguante, la esperanza, la dulzura, la satisfacción por el trabajo bien hecho, la paciencia infinita, el orgullo por lo conseguido, la reflexión ante cualquier detalle y la sensibilidad hacia otras personas. Detrás del rostro arrugado de los ancianos hay personas que mucho tienen que decir. Pero una palabra les retrata cada vez más en la nueva sociedad: silencio. Antaño eran mucho más el centro del hogar, el ligamento que ata a todos y a todos une, el corazón cálido pero sensatamente frío de las decisiones a tomar, el ejemplo a seguir, el consejo oportuno que aplicar al día siguiente. Ahora acaban como los coches que no sirven: en el desguace. Los abuelos cada vez tienen menos voz. Al contrario: son quienes escuchan las voces, las órdenes, las parrafadas de las prisas, los mandatos e, incluso, los insultos: “¡Qué sabrá este viejo si ya no sirve para nada!” Los abuelos, los viejos, las personas mayores, o como quiera que se les llame, nos sirven a los jóvenes y sirven a la sociedad para muchas cosas. Incluso en su apariencia de incapacidad más extrema nos sirven. Ellos también ayudan a salvarnos. Pero los utilizamos para todo lo contrario de esa salvación a la mentalidad actual. Abusamos de ellos, condenados a aplicar la palabra con la que la sociedad les define: silencio. ¿Pero qué sería de muchas economías familiares, de la conciliación de muchas parejas jóvenes con niños, de muchos niños sin un cariño cercano cuando sus padres regresan a casa tras una exagerada jornada laboral? ¿Qué sería de las anécdotas de antes, de los chistes, de los cuentos, de las historias de esa otra memoria de la que no hablan los políticos y que no sale en los libros de texto ni cuentan para dar argumento a una película o a un videojuego? Muchas veces no hay respuesta que más haga pensar que un gran silencio, la gran carencia de la humanidad tan mal utilizada y desaprovechada con los abuelos. Reflexionemos. Quizás las personas mayores sean las mayores personas.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo