RELIGIÓN
El legado de la Madre Teresa de Calcuta todavía perdura
Por Esteban del Pozo
2 min
Sociedad08-09-2007
Hace diez años que falleció. Pero todavía hoy, y a fe que durante muchos años, su herencia de trabajo y amor a los más necesitados perdurará y servirá para que su obra no termine con su muerte. Los milagros que realizó y las organizaciones religiosas que fundó todavía están presentes no sólo en la mente de muchos, sino que también sirven para luchar contra las injusticias.
Después de consagrarse con tan sólo 27 años, siguió dando clase en St. Mary convirtiéndose en la directora del centro gracias a su buen hacer y su constancia en el trabajo ya que ella decía que "ya tendría toda la eternidad para descansar". Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto (Irlanda) estuvieron caracterizados por una profunda alegría. Fue en un viaje a su tierra de nacimiento (la antigua Albania) donde recibió la "llamada dentro de la llamada" y decidió volver a Calcuta para obrar en consecuencia con el mensaje que le había enviado Dios. Allí se estableció temporalmente con las Hermanitas de los Pobres. Una vez establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta ingresó en la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. La expansión El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. También levantó casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba. Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un "pequeño camino de santidad" para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu. Dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de su fama de santidad y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. Uno de los milagros le ocurrió a un paciente en India, quien se curó de un tumor maligno gracias a la intercesión de la religiosa. En otro caso, una mujer francesa en los Estados Unidos se rompió numerosas costillas en un accidente de tráfico, pero quedó curada milagrosamente por llevar en su cuello una medalla de la Madre Teresa. Finalmente, una joven palestina que sufría de cáncer afirmó que quedó curada después de que la Madre Teresa se le apareció en sueños y le dijo: "Niña, estás curada".