ROJO SOBRE GRIS
Memoria de blanco
Por Amalia Casado1 min
Opinión02-09-2007
El bolso de mi hermana huele a menta y fresa, y poco importa que se vaya el verano. Aunque llegue el trabajo, aunque la primera palabra la pronuncie el despertador, aunque vuelvan el autobús, las programaciones, las reuniones y las agendas... el bolso de mi hermana huele a menta y fresa; el mío, a tabaco. El de mi padre a padre y el de mi madre, a eterno. Este verano es de color blanco. Y es, para siempre, el mejor de mi vida. He saludado a un columnista en un café. Ha dimitido la directora de la Biblioteca Nacional. He visto mucha televisión, toda la que no veo en el año: y luego se dice que La Pasión es violenta. He caminado todas las tardes. Han muerto Umbral, Penella, Vilallonga y Puerta. Zapatero, ni aparecer. ETA sí. Se quema Grecia. He leído. He rezado. He grabado vídeos. He sacado fotos. Han rezado por mí. He escrito, dormido, trabajado. He querido mucho y me he emocionado. He descubierto que hay aún cosas gratis: que te hagan en el cinturón, por ejemplo, un agujero nuevo: -¿Cuánto es?- pregunto. -Nada- me dice. Y me regala una sonrisa de propina. Suben los cereales, el pan, el pollo, los huevos. Suben las hipotecas. Pero el agujero del cinturón seguirá siendo gratis. Ni me he ido ni vuelvo. Y aunque el verano se marche, sigo aquí, donde siempre, donde estaba cuando vino, donde estaré cuando regrese. Donde siempre, pero mejor: mejor que en mi vida. Porque el bolso de mi hermana huele a fresa, y a menta. Porque el mío huele a tabaco. El de mi padre, a padre. Y el de mi madre, a eterno. Este verano, memoria de blanco, no lo olvido: es un regalo. Para mí. Para siempre. Un regalo para la eternidad. Blanco sobre rojo, rojo sobre gris. Mucho mejor.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo