Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TURQUÍA

Turquía, Occidente al otro lado del Bósforo

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional02-09-2007

Turquía tiene el honor de ser probablemente el país de mayoría musulmana con mejores relaciones con Occidente. Su sistema político republicano y laico y la tendencia de sus políticos a estrechar lazos al otro lado del Bósforo con los vecinos europeos, muchas veces en detrimento de otras relaciones filomusulmanas, son conocidos por las gentes del Viejo Continente. Lo que muchos no conocen son las raíces del sistema y de la mentalidad turcas de hoy en día, el vanagloriado estadista Mustafá Kemal Paça.

Paça, más conocido como Ataturk (padre de todos los turcos) fue un oficial del Ejército turco y político carismático que llegó a ser presidente y fundador de la moderna República de Turquía tras el desmoronamiento del Imperio Otomano que siguió a la Primera Guerra Mundial. Héroe de la Guerra de Independencia turca contra los intentos de partición aliados, fue uno de los padres de la República proclamada en 1923 y su primer presidente. Pese a auspiciar en su mandato un grandísimo número de reformas democráticas, Ataturk mantuvo controlado el país mediante un régimen de partido único durante la mayor parte de su mandato, dado que aunque se mostraba partidario de organizar una oposición temía que otras agrupaciones políticas pudieran suponer injerencias extranjeras para el nuevo sistema en un época plagada de nuevas ideologías. La principal ocupación de Ataturk fue la de crear una Turquía cohesionada histórica, moral y culturalmente (de ahí, la persecución de los kurdos) y la de “europeizar”, según sus propias palabras, al pueblo turco secularizándolo, muchas veces por la fuerza. Asimismo, animó a sus conciudadanos a abandonar las típicas prendas árabes sustituyéndolas por trajes al estilo europeo, levantó la prohibición sobre el alcohol que aparece en el Corán, modificó el alfabeto árabe y lo adaptó a caracteres latinos, abolió la poligamia, permitió el divorcio y otorgó a la mujer los derechos al voto y a ser elegida para cargos públicos y la despojó del velo islámico. La herencia de Ataturk, fallecido en 1938, sobrevive hoy en la ideología kemalista y es considerado casi 70 años después como el más grande héroe de Turquía. Sin embargo, la sombra de Ataturk no ha evitado lo que es una peligrosa paradoja para los conservadores del régimen, principalmente los militares, el hecho de que un islamista como Abdulá Gül se haya convertido en presidente de uno de los pocos sistemas laicos del mundo musulmán.

Fotografía de Luis Miguel L. Farraces