ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Un país en la mochila
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad02-09-2007
Los niños ya no juegan a las chapas ni van al cole con mochila. Llevan un carrito lleno de kilos de papel y material escolar que no podrán dejar de herencia a sus hermanitos porque caducará con la hipotética y enésima reforma educativa. Es más. La mayoría de lo que pone en esos kilos de papel no se quedará en su cabeza, ni se aplicará en sus vidas, que es lo peor. Es lo que tiene esto de hacer leyes porque sí. Lleva pasando ya algunos años que en España ya no cabe la educación en una mochila. Muchos llevan desde hace años un remolque como el de los críos en el que cada cual mete lo que quiere, según se trate de la comunidad autónoma en la que se resida, del color político o de la moda con la que se identifique. Este curso que empieza, llenar la mochila de libros va a suponer 107 euros por alumno, que según está la economía familiar los números más que rojos se van a poner al rojo vivo, lo que puede desatar un incendio en cualquier momento, y no precisamente como el catastrófico que ha asolado Grecia. Alguien debería plantearse si es ético atracar así a las familias para que sus hijos estudien Educación para la Ciudadanía y cía para que a la vuelta de los años no les sirva ni para poder hipotecarse. Este curso que empieza hasta una famosa mochila se jubila. Se retira Labordeta, que no se presenta a las próximas elecciones y deja huérfano al Congreso de los Diputados de, por lo menos, variedad. Se retira su señoría, que ha pateado España para mostrarla en una exitosa serie de televisión, y sus compañeros de escaño se lanzan a otro curso político. Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Pero, a diferencia de los niños españoles, en sus mochilas no habrá materias nuevas, ni pesará un abultado material, pues siguen suspendiendo en muchos de los temas que preocupó tanto a la sociedad en el pasado curso, como ese de que España pueda caber en una misma mochila...
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo