ANÁLISIS DE ESPAÑA
… Y la serpiente se comió a la rosa
Por Alejandro Requeijo
3 min
España04-03-2007
El debate no está en si la excarcelación de De Juana es humanitaria o no. Tampoco importa si es legal o no es legal. La pregunta ante la decisión adoptada por el Gobierno debería ser sólo una: ¿Es justo?. Todo lo demás son disfraces partidistas para camuflar de legitimidad la primera cesión directa del Ejecutivo socialista al entorno de ETA. Y es que, hasta ahora, todos los gestos para con la banda terrorista habían sido fácilmente atribuibles a otros. ¿La ruptura del Pacto?, culpa de la postura de crispación del PP. ¿El debate en Estrasburgo?, cosa del Grupo Socialista europeo. ¿Los acercamientos a Batasuna?, iniciativa particular de Patxi López y el PSE. ¿El relajamiento judicial contra la banda y sus presos?, sentencias de los jueces que el Gobierno no va a cuestionar… Pero lo de De Juana es distinto. Ha sido el Ejecutivo el que ha decidido se vaya a casa en lugar de cumplir íntegramente el año de condena que le quedaba. “El Gobierno ha aplicado la prisión atenuada a De Juana para que no haya más muertes por terrorismo, ni la de De Juana, ni la de ninguna otra persona”. Estas han sido las primeras explicaciones ofrecidas por el presidente del Gobierno. Las ampliará esta semana en el Congreso, pero que nadie espere nada nuevo. Si hay algo que denotan las palabras del líder del Ejecutivo es su intención de seguir adelante con un proceso que él mismo había dado por roto tras el atentado de Barajas. Las manifestaciones de Zapatero encierran una vez más la intención de hacernos creer que todo esto tendrá su recompensa en el futuro. Que todo está encaminado a un final feliz. Sin embargo, más que a una realidad inevitable, esta actitud responde a la obsesión personal de Zapatero por mantener en pie el castillo de naipes en el que se ha convertido la negociación con ETA. Por fin se puede decir que el proceso se ha acabado. La negociación con los terroristas -entendida como un diálogo de ida y vuelta de igual a igual entre dos partes- ha llegado definitivamente a su fin tras la excarcelación de De Juana. Y es que Zapatero ya no tiene la libertad para echarse atrás. Su última decisión es demasiado grave y arriesgada para un posible retroceso. De este modo ETA tiene al Gobierno exactamente donde quería. La banda explotará al máximo la condición de debilidad de un presidente cuyo único objetivo ya es mantener las esperanzas de paz entre el electorado. El término explotar no es figurado. ETA, tras el petardazo de la T4, anunció bombas en caso de que no se viesen cumplidas sus aspiraciones. A pesar de ello Zapatero decidió seguir adelante. El siguiente paso será abordar la situación del PCTV, después las elecciones municipales y finalmente las generales. Quien sabe si estos comicios llegarán con un anunció de paz por parte de ETA. Dependerá de hasta dónde haya decidido llegar el Gobierno. Será ahí donde los ciudadanos tendrán la oportunidad de medir el alcance de su memoria a la hora de valorar si esa paz es, o no es justa. Será ahí entonces donde se comprobará si para los ciudadanos el fin habrá justificado los medios.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio