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ROJO SOBRE GRIS

Demolacia

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión21-01-2007

Así llega la violencia, cuando se van la familia y la escuela, en la noche de una mentira travestida de política que prometía no fallar cuando lo fundamental que fallaba era que no había promesa. España aguanta que se haya reabierto la herida cicatrizada, pero los jóvenes se dan cita y se dan palos porque han encontrado motivos por los que les arde la sangre, aunque no sepan distinguir si los motivos merecen la guerra ni si la guerra tiene motivos. Es el fruto de mucha regularización irregular pensada para conseguir votos o sencillamente no pensada, sino cagada, que eso es lo que pasa cuando todo está patas arriba. Cuando no se tiene ni pies ni cabeza es lo que pasa: que ni se piensa ni se anda. Hay veces en que es preferible decir: “basta, punto y aparte”, que seguir haciéndose el lío por mantenerse en el estrado, por orgullo, por poder, por venganza. Pero ahora lo que dicen es que no se callan, que se callen los otros, y que si hablan, se marchan; que si hablan, no escuchan; que si hablan, no replican, ni demuestran, ni ná de ná. ¿Qué es esto? Dictadura. Con cara de papeleta y de nombre democracia, pero ni pestañea ni sonríe, y sólo porque se le da cuerda anda, pero para verlo hay que des disfrazarla. ¿Dictadura? Ni eso: llamémoslo demolacia, que demole, que es falacia o democracia hecha falacia. Todo se encoge, se hace pequeño, se hace mezquino, se enrabia: ¿por qué media España aguanta? Aplastada, silenciada, ahogada, suprimida, reseteada, borrada, colgada, eliminada: por que no te mueves, ¡calla! Y aguanta. Soporta: que la herida no sea más profunda, por nuestros hijos. Si las urnas no hablan, España estará herida de muerte. Rojo sobre gris a Mariano Rajoy. Por no moverse de la línea de la dignidad. Por estar dispuesto a ser un mártir de la demolacia.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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