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ANÁLISIS DE DEPORTES

Los problemas de un ‘paseo’ en Montecarlo

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes21-01-2007

El estreno del Citroën C4 WRC era una incógnita, pues el coche no había sido probado en condiciones de carrera. Sin embargo, con una buena parte mecánica heredada del anterior Xsara WRC, que ya era excelente, los ingenieros de la firma francesa han hecho un trabajo soberbio. Si en tierra se comporta igual que en asfalto, el interés del campeonato va a quedar reducido al número de carreras que conseguirá ganar Sébastien Loëb. Pero la campanada, quién si no, la ha ido a dar Daniel Sordo, que tras un irregular final de campaña en 2006, y aún con 23 años, ha demostrado estar a la altura de los mejores. Tanto que incluso la web oficial del Mundial ya hace cábalas con respecto a si, como Fernando Alonso, va a ser el piloto más joven en ganar un rally. Tras el cántabro, no hay que olvidarlo, está el padrinazgo de Carlos Sainz. El madrileño también anda de rally, aunque éste con mucha más aventura, camino de Dakar. A pesar de los años, su aprendizaje del desierto y de las dunas continúa siendo prometedor. Eso sí, siempre que no haya averías de por medio. Pero si a Volkswagen Motorsport no se le agota la paciencia para ganar con un vehículo diésel, malo será que no vuelva a intentarlo en 2008. Como Marc Coma, que cuidando al máximo de la mecánica, tras los fallos con la caja de cambios de la nueva KTM 690, vino a dar con el gafe de las caídas. Después de haber advertido hasta la saciedad de que la carrera no estaba ganada hasta llegar al Lago Rosa, qué lástima que tuviera razón. Volviendo a los rallies y a Citroën, sin embargo, queda patente el escaso tirón del campeonato. Los coches del doble chevron, pese a su apabullante dominio, están pelados de publicidad y no se aventura que vayan a lucir colores nuevos. Más allá de los países donde hay algún interés por parte de los pilotos, o de los tres fabricantes que compiten –y visto lo visto Ford, que ya venía invirtiendo poco los años precedentes, puede perder pronto el interés–, el Mundial tiene poca o ninguna presencia, y tampoco consigue atraer a muchos anunciantes. Incluso algún proveedor que podría sacar provecho publicitario, como Pirelli, ha visto que no tienen mucho que hacer. Parece que sólo las averías o algún imprevisto –como fue el año anterior la lesión de Loëb– van a traer intriga. El problema ha terminado por derivar en una encrucijada: si no sería mejor cambiar las fechas para evitar coincidir con los Mundiales de Fórmula 1 y motociclismo. Pero la mudanza no asegura el éxito, sólo cargarse rallies con solera en condiciones de calor –como sucede con el verano europeo–, y la única ventaja en términos de publicidad sería sustituir a proveedores punteros por otros con mayor peso en países emergentes. Unas comparaciones que no gustan demasiado a los que más dinero tienen. Así que por ahora, no queda otra que conformarse con lo que hay, y tratar de que la cobertura televisiva sea lo más completa posible: los resúmenes de la organización del Mundial están bien, pero incluso ellos –especialmente en su versión online– también quieren rentabilizar el producto. Pero hacer pagar por la información que vale la pena… implica el riesgo de alejar al público que apenas se interesa por la competición y no es tan adicto. El problema es que es lo que hay. Pero aun así, sigue siendo interesante que por ahora, Sordo aprenda del mejor maestro posible: Loëb.

Fotografía de Roberto J. Madrigal