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LÍBANO

Líbano llora la muerte de Pierre Gemayel

Fotografía

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional26-11-2006

Pierre Gemayel, el ministro de Industria libanés, iba al volante de su KIA azul pálido en el barrio de Jdeide, al noroeste de Beirut, cuando unos desconocidos dispararon sobre él. Los asesinos actuaron en pleno día, sin pasamontañas, en una calle frecuentada y blandiendo armas de fuego con silenciadores.

Gemayel se negaba a llevar escoltas y viajaba en un coche no blindado. Si a esto se añade que, como declararon vecinos del barrio donde se cometió el asesinato a Robert Fisk, reportero del diario británico The Independent, “todo el mundo” sabía que Gemayel iba a acudir a esa barriada el pasado martes por la mañana, no se puede decir que el titular de Industria libanés tomara las precauciones necesarias para guardar su integridad. Precisamente, M. Ahmad Fatfat, el ministro del Interior en funciones hasta la muerte de Gemayel, habría señalado a este último la necesidad de tomar precauciones. Según el diario francófono libanés, L’Orient le Jour, Fatfat declaró en su última entrevista como responsable de la Cartera de Interior que él mismo advirtió a Gemayel de que extremara las medidas de seguridad en los desplazamientos. En su última oración fúnebre en homenaje al ministro asesinado, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, señaló que el atentado “refuerza la necesidad de que un tribunal de carácter internacional ponga fin al ciclo criminal”. Tanto es así, que desde octubre de 2004 han muerto 14 personas en distintos atentados. El más importante de estos asesinatos ha sido el de Rafic Hariri. Tras su muerte, en febrero del año pasado, se desencadenó la llamada revolución de los cedros, un proceso aún por terminar que busca la emancipación de la influencia de Siria sobre el Líbano. A pesar de que la revolución haya desencadenado el origen de la retirada de los 14.000 militares que Siria mantenía en Líbano el pasado mes de abril de 2005, las relaciones entre Beirut y Damasco todavía estructuran la política del país del cedro. De hecho, la mayoría antisiria en el poder señala a Damasco, al igual que EE.UU., Reino Unido y Francia, como el país responsable de las muertes de Hariri y de Gemayel así como las de otros conocidos militantes anitisirios como el periodista Samir Kassir, el líder del partido comunista George Hawi y el editor de periódicos Gibran Tueni. Para esclarecer el crimen de la semana pasada y los 13 que les han precedido, en Naciones Unidas se trabaja para la creación de un tribunal que haga justicia. El último día de la semana pasada el Gobierno libanés apoyó la creación de dicha corte. El problema fundamental de esta decisión es que el Gabinete de Siniora cuenta desde el pasado 11 de noviembre con seis ministros menos, todos ellos chiíes y prosirios pertenecientes a las formaciones políticas de Amal y Hezbolá. El motivo del desencuentro es fundamentalmente la creación del tribunal. Aunque no solamente, pues como lo apuntaba el redactor jefe del diario As Safir, Sateh Noureddine: “incluso en plena guerra civil, Líbano nunca ha alcanzado este nivel de polarización entre facciones”.

Fotografía de Salva Martínez Más