SIN ESPINAS
Payasos delincuentes
Por Javier de la Rosa
2 min
Opinión19-11-2006
El otro día escuchaba a un padre periodista como se lamentaba después de que su hijo pequeño le dijera: “Papá de mayor quiero ser periodista del corazón”. Observo ahora con estupefacción como muchos jóvenes adolescentes imitan los ademanes de Boris Izaguirre y se plantean como un verdadero problema de su edad la definición de su identidad sexual. Desde la Veneno a Carmen de Mairena -detenido y acusado estos días por proxeneta- llevan más de una década desfilando por el salón de nuestras casas toda una serie de delincuentes de la peor calaña que han disfrutado en prime time de horas y horas para trasladarnos los valores y la justificación de sus existencias. Los modelos que nos han ofrecido los empresarios de la televisión como bufones de la corte son ahora objeto de diversos escándalos judiciales. Cuando dentro de unos años Concha Velasco vuelva a hacer el programa “¿Qué fue de…?” tendrá que irse a la prisiones de toda España como hacía Jesús Quintero para encontrar a Julián Muñoz, a los hermanos Matamoros y a toda la compañía. Por no hablar del estilo de vida que presentan a los jóvenes y niños de nuestra sociedad personajes tan explotados como los de la malograda Carmina Ordóñez. La gente de mi generación se crió con la familia Aragón y el circo de los payasos, y cuando alguien moría en la pantalla nuestros padres nos explicaban que todo era un sainete, pura ficción. Sin embargo, ahora con la famosa tele realidad, cuando alguien va a la cárcel lo encierran de verdad y cuando algún personaje se suicida o roba x millones, no se lleva los billetes del Monopoly. Pepe Navarro y Javier Sardá fueron los primeros en viajar a los bajos fondos de la sociedad española para transformar lo marginal en pan nuestro de cada día. Lo que ya hacía en el cine Pedro Almodóvar se convertía en el nuevo reclamo para captar audiencia en televisión. Ahora El tomate está en boca de todos, incluso de aquellos que dicen que no lo ven. Y mientras un obrero de a pie se parte el riñón por 900 euros al mes, la última detenida por la operación Malaya, Mayte Zaldivar, cobraba 3.000 euros cada vez que aparecía en Telecinco. En televisión sólo vemos la punta de un iceberg lleno de mierda en todos sus estratos; donde delincuentes que hacen de payasos son los protagonistas de la actual cultura española.
