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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Que nadie se engañe, ganó la abstención

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España05-11-2006

“Los electores de Cataluña con sus votos han rechazado un Gobierno de mayoría absoluta y han apostado por un Ejecutivo de coalición”. Quien firma esta peculiar lectura de las últimas elecciones catalanas, no es otro que el líder de ERC, Josep Lluis Carod Rovira. Interesante interpretación la suya que, por otra parte, le ha llevado a asestar un golpe en la mesa que podría ser determinante, no sólo desde el punto de vista autonómico sino nacional. No obstante, ya habrá tiempo para comentar pactos, destapar faroles y pillar a más de uno con el pie cambiado. Antes, y para entender el verdadero problema de Cataluña, es importante centrarse de nuevo en la explicación ofrecida por el candidato republicano. Sólo a partir de un esforzado ejercicio de demagogia se puede argumentar que son los catalanes los que han decidido con su voto un gobierno de coalición –que el mismo se ha encargado de traducir en un apoyo claro a la reedición del tripartito-. La de Carod, no es más que una interpretación a la carta e interesada de lo que quiere el electorado para construir en los despachos el tripartito que no ha logrado defender en las urnas. Puestos a sacar conclusiones sobre las elecciones, ahí va otra, a todas luces más fiel y ajustada a la realidad: Los electores de Cataluña con un rotundo 43 por ciento de abstención no sólo han rechazado un gobierno de mayoría absoluta sino cualquier cosa que se parezca a lo que actualmente campa por la clase política catalana. A buen seguro que este análisis ya no le resulta tan útil al dirigente republicano. Que nadie se olvide de que la participación de los últimos comicios en Cataluña fue la segunda más baja de los últimos 26 años. Casi seis puntos por debajo de las pasadas elecciones. En la misma noche electoral, todos los candidatos coincidieron en que la alta abstención debería ser materia de reflexión por parte de todos. No obstante ya han pasado los días y aquella propuesta no ha pasado de una alusión obligatoria de cara a la galería. La crisis democrática en Cataluña es grave y va en aumento. Lo más significativo es que no se puede decir que la sociedad catalana sea abstencionista por naturaleza. Lo demuestran en todas las elecciones generales en las que votan con normalidad. El problema está en casa y en la nula interrelación de la clase dirigente catalana con su electorado. Esta realidad se vio refrendada tras los comicios de 2003, especialmente con motivo del referéndum por el Estatut, y recientemente tras el 1-N. Pese a todo, algunos como Carod todavía se atreven a decir que Cataluña ha apostado pro otro gobierno de coalición como el que precisamente les ha hecho perder todavía más la fe en sus instituciones. Ni siquiera la irrupción de un partido que representa el hastío de la sociedad les ha servido para meditar. En lugar de eso prefieren seguir manipulando la realidad a su antojo y continuar con una política de espaldas a los ciudadanos. No les queda otra ya que si fuesen coherentes, tendrían que obedecer el mensaje que una vez más les ha lanzado su electorado. A su casa.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio