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ANÁLISIS DE ECONOMÍA

Siempre hay un hilo del que tirar

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía05-11-2006

Que todos los caminos conducen a Roma es algo que no debería olvidar un estafador en ciernes. Continuos ejemplos nos demuestran que esconderse en un paraíso fiscal no garantiza la impunidad perpetua, porque los investigadores llegarán desde cualquier resquicio: siempre hay una falla en la red de sociedades instrumentales; siempre hay una pieza que, con un ligero soplo, descalabra los castillos de naipes. Eso sí, los métodos son diferentes para desenmascarar una estafa piramidal, que se suele venir abajo por sí sola, como el caso de Fórum Filatélico y Afinsa, o una red de evasión de capitales que comenzase a tejerse a partir de una sociedad instrumental radicada, por ejemplo, en las Islas Caimán. Está comprobado que ni siquiera las entidades más honorables están libres de investigaciones, pues si Gescartera representó el fraude de la España cañí, los saltos entre exóticos lugares del SCH y del BBVA tampoco lograron pasar inadvertidos, aunque al final las culpas terminasen diluidas o no probadas. Precisamente una conexión con el asunto de los fondos de pensiones del BBVA ha hecho saltar los interruptores en el Banco Espirito Santo, a quien, como a los demás, el tiempo dará y quitará razones, porque siempre quedan rastros para encontrar pruebas de delitos aunque comenzaran a gestarse hace 20 años. Y lo peor de estas actitudes es que siempre acaban perdiendo los que menos capacidad económica tienen, como los inversores filatélicos, los que confiaron sus ahorros a Antonio Camacho y los que, cual hormiguitas que pagan con sudor sus hipotecas, contemplan impotentes cómo el almacén de la cigarra de al lado crece mucho más rápido a costa de trampas o de que dinero llame a dinero.

Fotografía de Gema Diego