SER UNIVERSITARIO
Si no tomas precauciones
Por Álvaro Abellán
3 min
Opinión30-07-2006
Si no tuviera la fortuna de haber vivido modelos humanos opuestos a los de nuestros cine y televisión, seguramente me exiliaría. Si no tuviera la fortuna de ver el mundo como es, en lugar de cómo nos lo enseñan nuestros periódicos, seguramente me desesperaría. Si no tuviera la fortuna de haber descubierto la esquizofrenia entre trabajo y consumo que agita nuestro tiempo, seguramente enloquecería. “Si no tomas precauciones, ¿sabes quién actúa?: el herpes genital; la sífilis, el sida, hepatitis B, clamidia, gonorrea y el embarazo no deseado. En tus relaciones sexuales utiliza el preservativo”. Si no tuviera la fortuna de vivir al margen de estos y otros dictados del Ministerio de Sanidad y demás organismos públicos, probablemente me suicidaría. Gracias a Dios, y a sus hombres, ni en mi bloque ni en mi universidad puedo decir eso de Aquí no hay quien vida; ni en mi colegio teníamos serranos; ni los profesionales con los que topo se parecen a Los hombre de Paco. Gracias a Dios la televisión aún nos muestra -lástima que no en series nuestras- a grandes personas -sin dejar de ser humanas- como Hause o los C.S.I., especialmente de Miami. Gracias a Dios, y a sus hombres, he tocado muchas realidades de primera mano; y he estudiado la manipulación, y sus recursos; y sé que hay mundo más allá de las ideologías; y humanidad más amplia que la miope cosificación en informativos y periódicos. Gracias a Dios, y a sus hombres, sé que la felicidad de las vacaciones no es el consumismo de sol, gastronomía, caprichos, viajes, ni ese “no hacer nada” que es un cementerio de los días; y sé que la felicidad del trabajo no está en la producción, ni en el capital, ni en la plusvalía. Sé que hay trabajos que son ocio, porque engrandecen el espíritu de quien lo ejerce y de aquellos para quienes se ejerce. Sé que las vacaciones no son la negación del trabajo, sino que más bien el neg-ocio (la esclavitud del trabajo por el trabajo o por los beneficios) es la negación de la vida digna del hombre, que es la libertad del ocio. Gracias a Dios, y a sus hombres, sé que un “embarazo no deseado” es algo bien distinto de una enfermedad como el “sida”, la “gonorrera” y demás miserias que se contagian quienes follan sin tino ni concierto, y actúan por inercia o instinto, con o sin preservativo, pues Sanidad se empeña en olvidar que su fiabilidad dista del cien por cien. Querido lector, sin duda debemos tomar precauciones. Más allá del preservativo, la crema solar, la desconexión del trabajo o las lecturas y las series que alimentan o envenenan nuestro espíritu. Debemos juntarnos con hombres de Dios para no suicidarnos, enloquecer, desesperarnos o exiliarnos de nosotros mismos. Debemos juntarnos con hombres de Dios, y dar gracias a Dios por ponerlos en nuestro camino. Muchas gracias por leer un artículo más, que tenga buen verano y que Dios le bendiga.