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SIN ESPINAS

Pienso ideológico

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión16-07-2006

Pienso ideológico. Es el término que utilizó el joven pensador y gran literato Juan Manuel de Prada en una alocución de la que fui testigo hace apenas unos días. Decía el escritor que ese es el alimento que nos ofrecen los medios de comunicación en la actualidad. Una especie de comida para animales que tiene el único objetivo de satisfacer unas necesidades intelectuales muy básicas. Los entiendo yo como una especie de esquemas mentales muy sencillos a los que es fácil adherirse y que resultan aparentemente suficientes para andar por casa. Crean en el individuo una falsa seguridad de que está en lo cierto sobre determinada cuestión y ofrecen soluciones intelectuales tan efímeras como asimilables. De esta manera camina buena parte de nuestra sociedad, narcotizada y abrumada por el volumen de oferta informativa más desmesurado de la historia. Un exceso inversamente proporcional al desarrollo de la capacidad humana para discernir entre lo bueno y lo malo, entre aquello que le construye y aquello que mina y erosiona sus potencialidades. Además, el hombre de hoy solo vive en el “cortoplazismo”, es decir, que solo se interesa por aquello que tiene efectos inmediatos sobre sus sentidos -emociones, sentimientos, placeres-. De esta manera se incapacita para observar o contemplar el carácter trascendente de las realidades que tiene enfrente de sí. No ve las consecuencias que a medio y largo plazo tendrán sus acciones porque simplemente considera que lo que pueda suceder en esos tiempos futuros depende de una creencia y no de la consecuencia lógica de sus acciones. Sin embargo, se sabe bien que la madurez de una persona se define por la capacidad de esta para prever y asumir con responsabilidad las consecuencias de sus actos. Esa aptitud para la respuesta se puede trasladar desde la realidad individual a la colectiva. Por tanto, la sociedad inmadura será aquella que ante los problemas creados por su falta de visión, muestre una incapacidad para responder con soluciones. El pienso ideológico que nos suministran los medios de comunicación crea esos esquemas mentales que reducen la realidad a prismas meramente utilitaristas. Por ejemplo, informativamente hablando, la realidad se reduce a una visión política donde el maniqueísmo se apodera de juicios sin matiz alguno. O eres rojo o eres facha. Cualquier afirmación del tipo que sea y aunque aborde asuntos científicos, sociales, filosóficos o teológicos llevará a la audiencia o a tu interlocutor a calificarte como un radical de derechas o de izquierdas. Además, las discusiones sobre quién ha ganado el Debate sobre el estado de la Nación se afrontan en la calle con el mismo forofismo que el que le ponen un aficionado del Betis y del Sevilla a la sobremesa del lunes. Guerra sí, guerra no. Constitución sí, constitución no; negociación sí, negociación no; y pare usted de contar o de preguntar por qué me inclino por una decisión o por la otra. En definitiva, un pienso que sirve para todo menos para pensar.

Fotografía de Javier de la Rosa