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SIN ESPINAS

Los Ecos de la Tragedia

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión28-10-2001

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre puedo acordarme pero no quiero porque para lo que voy contar es ahora irrelevante, me ha sido posible apreciar esta semana -desde otra perspectiva- cómo los sucesos del 11 de septiembre afectan a cada rincón de este inaudito planeta. "El Martes Negro cambiará el mundo", espetaron los analistas, y los que no lo eran. De tal proposición universal afirmativa se podría deducir sin forzar el seso que cada parte del mundo ha cambiado de tal o cual modo tras los episodios terroristas. Pero hete aquí que llegamos a un rincón de charanga y pandereta, o sea, España. Y vislumbramos que el buen tino definitorio de Machado para nuestra más inaudita tierra se traduce en ejemplos de lo contrario. Es decir, que en el mundo de la política no ha cambiado nada. Ahí va un ejemplo cualquiera que ilustre cualquiera de los que ustedes estén viendo en sus pequeñas comunidades: esta ciudad de La Mancha de cuyo nombre no hace falta, repito, acordarse se moviliza por la publicación de un artículo xenófobo contra los musulmanes en una revista del Ayuntamiento que antes de lo publicado no leía nadie. Ruegos y preguntas en los plenos, faxes a las redacciones de los periódicos pidiendo la dimisión del alcalde y cruces de declaraciones en las emisoras de radio copan su actualidad política más de una semana. El artículo es una patraña que bien pudiera haber sido recortado y pegado directamente de uno de los miles de foros que hay en Internet. Y además, la falta de luces a la hora de argumentar tan grotescas opiniones es casi tan grande como la de la editora de la dichosa revistita, a su vez, concejala de no sé que otra historia. Pero nada más, el sentido común dice que no da para nada más que un capón. Pero ni más plenos, ni responsabilidades políticas, ni dimisiones, ni chorradas que bien parecen las imitaciones que un niño hace de lo que ve en la tele a sus mayores. Lo peor de todo es que parece que estos mayores, sobretodo si son políticos, se toman la imitación más en serio que Cruz y Raya haciendo de Ramallo y Pilar Valiente. Son los ecos de la tragedia, pero bueno, como en el lugar de cuyo nombre puedo acordarme y no quiero hay buen vino, a lo mejor hasta les justifico la borrachera.

Fotografía de Javier de la Rosa