ANÁLISIS DE LA SEMANA
España: plural, pero una
Por Amalia Casado3 min
España28-10-2001
La riqueza de los debates que han surgido en España desde que se produjo el atentado contra las Torres Gemelas en septiembre no puede disimularse. Y no debería desperdiciarse. En lo que afecta a este país, el desarme del IRA es viento que sopla a favor de la nave española en su periplo hacia la paz. El terrorismo es una amenaza contra el derecho a vivir sin miedo a ser asesinado, contra el derecho a expresar opiniones razonables y a defenderlas, contra el derecho a vivir con tranquilidad y paz. El Gobierno ha iniciado una importante batalla en la comunicad internacional para combatir a ETA. La extradición de terroristas se agiliza y el grifo financiero de la banda se empieza a secar. Los ciudadanos españoles reconocen, según el CIS, que el terrorismo es el problema que más les preocupa. Los ciudadanos vascos, también. La última ocurrencia de Arzalluz que propone a los vascos un referéndum para que opinen si quieren o no que ETA desaparezca, broma o insulto, bien delata intereses ocultos del presidente del PNV, bien descubre una incapacidad, inaceptable en un líder político, para tomar el pulso del pueblo al que gobierna. Los nacionalismos separatistas son una amenaza para España. Los discursos radicales son sancionados por los ciudadanos como han evidenciado las elecciones gallegas. Y malo será el rumbo del Partido Socialista vasco si se permite flirtear con las aspiraciones independentistas y marginales del nacionalismo vasco. Se bromea con sus defectos de pronunciación. Se ensalza el papel que tuvo en la transición. Anécdotas y grandezas aparte, las palabras del Rey en momentos cruciales son clarificadoras y orientativas. Deben ser atendidas porque conoce este país, domina la historia oficial y la oficiosa. Y esta vez ha introducido en su discurso sobre España una variable: apuntalado el discurso sobre la España plural, se ha atrevido con la valentía que le caracteriza a pronunciar una de las palabras proscritas en este país: patriotismo. Don Juan Carlos ha propuesto un “nuevo patriotismo” que surge en la historia con su proclamación como rey de España, que se hace posible gracias a la superación del pasado y de los enfrentamientos civiles, que trabaja a favor de la construcción de la España moderna, que asume la democracia y la pluralidad del Estado de las Autonomías, rechaza cualquier forma opresora de gobierno y es el fuste de una única España. Cuánto tiempo pasará hasta que este nuevo discurso cale en la sociedad y en la comunidad intelectual es una incógnita. Cuáles serán los símbolos de este nuevo patriotismo, otra incógnita. En cualquier caso, que los españoles se avergüencen de exhibir su bandera es arrogarle a un dictador más poder del que a sí mismo se confirió. Pudo ser dueño del pasado, que no lo sea del presente y del futuro. España habrá superado la enfermedad de sus antepasados cuando pueda recuperar símbolos sin avergonzarse para dotarles de nuevo sentido. Afrontar el futuro desde el presente. Cuál es la solución al problema de España: esas son las cuestiones de fondo. Quien sugiere respuestas tiene conciencia de su deber como hombre de Estado: lo hizo el Rey. Lo demostraron los hombres concretos que hicieron posible la transición, el pueblo español que hoy es ejemplo y modelo en el mundo entero. Al otro lado, los politicastros o politicuchos. Los enfrentamientos personales son habituales entre ellos. Es lo que impedido renovar algunas instituciones en fecha. Están causados, la mayoría de las veces, por la falta de conciencia de la responsabilidad que implica el liderazgo, por las ambiciones personales de representantes sin escrúpulos, por falta de formación y de excelencia, por falta de humildad y de respeto a los ciudadanos en los que repercutirán las decisiones que toman.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo