ANÁLISIS DE LA SEMANA
Objetivo: La tierra
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional21-10-2001
El titular de este análisis parece sacado de una película de ciencia ficción. No lo es y menos cuando ese género se aproxima a la realidad después de todo lo ocurrido tras el 11 de septiembre. Los estrategas aliados saben que si quieren derrotar a los talibán y capturar a Osama Bin Laden deben conquistar la tierra. Conquistar no en el sentido tradicional de la palabra, sino en el de mostrar la superioridad aliada en este terreno. Es imposible lograr los objetivos estadounidenses sólo con los bombardeos. Por eso, las tropas de elite de EE.UU. han iniciado operaciones especiales en suelo afgano. Es lo más desmoralizante para los talibán y lo más seguro y efectivo para los soldados aliados. Iniciar una invasión por tierra sería una trampa mortal aderezada por el invierno, la complicada orografía y la pericia de los lugareños. Por eso, se ha optado por los comandos especiales apoyados, a pesar de los daños colaterales, por ataques aéreos. La población de Afganistán, mientras tanto, está más preocupada por su supervivencia que por la guerra en sí. Son muchos años de enfrentamientos y el frío y el hambre han llevado a varios grupos de afganos a saquear almacenes del Programa Mundial de Alimentos y de algunas ONG. En Pakistán, el Gobierno no deja de recibir sustos. Primero, la mayor parte de los paquistaníes protesta por el apoyo de su país a EE.UU. y, segundo, tiene que afrontar un enrarecimiento del conflicto fronterizo de Cachemira con India. Menos mal que el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, ha visitado la región y ha conseguido calmar la tensión. Donde no se calma la tensión es en Oriente Próximo. El asesinato del ministro de Turismo israelí, cometido por terroristas palestinos, ha reavivado el conflicto y ha desencadenado la ira de Israel. En Irlanda del Norte la situación tampoco es muy favorable para la paz. Los ministros unionistas del Gobierno norirlandés han dimitido para protestar por la poca disposición del grupo terrorista IRA a entregar sus armas. Los gobiernos británico e irlandés están preocupados por la nueva pausa del proceso pacificador. Preocupados están también los estadounidenses. La población sigue con atención los nuevos casos de carbunco que se registran y la posibilidad de ser atacados con otras bacterias y virus. Al menos han tenido un respiro al saber que los responsables de los atentados contra sus embajadas en Kenia y Tanzania han sido condenados a cadena perpetua y a pagar una indemnización.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD