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ISLAM

La Ashura se tiñe de sangre

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional12-02-2006

La principal fiesta religiosa chií, la Ashura, se ha teñido de sangre en Afganistán, Iraq y Pakistán, donde se han registrado enfrentamientos entre comunidades islámicas y diversos atentados que se han cobrado la vida de decenas de personas. La conmemoración de la salvación de Noé y Moisés se une al recuerdo del martirio del nieto de Mahoma, lo que convierte las ceremonias en un espectáculo especialmente descarnado.

El décimo día de Muharram, el primer mes del calendario lunar musulmán, el mundo islámico rememora, con un ayuno voluntario, el momento en el que Noé abandonó su arca tras el diluvio universal y la intervención de Dios en la salvación de Moisés en su huida de Egipto. La comunidad chií, que representa el 20 por ciento de la población musulmana del mundo, recuerda además el martirio que sufrió el nieto de Mahoma en el año 680 d.C. en Karbala (Iraq). En la antigüedad, los chiíes formaban una facción política que apoyaba a Alí, yerno de Mahoma y cuarto califa de la comunidad musulmana. Alí fue asesinado en el año 661, siendo sustituido en el califato por su principal oponente, Muawiya. Este asesinato provocó el gran cisma que dividió a los musulmanes en chiés y suníes. Muawiya fue sucedido por su hijo Yazid, pero el hijo de Alí, Hussein, se negó a aceptar su legitimidad, lo que generó un enfrentamiento entre ambos que terminó en una masacre chií. Miles de hombres y mujeres de todas las edades marchan por las calles de las ciudades vestidos de negro, recreando el sufrimiento de Hussein con flagelaciones o cortándose la frente con cuchillos hasta que la sangre les corre por el cuerpo. En más de una ocasión líderes chiíes intentan disuadir estas duras ceremonias porque crean una mala imagen de su fe y, a cambio, proponen a los fieles donar sangre. Enfrentamientos entre musulmanes Este año, las descarnadas celebraciones, comparables a las que se realizan en Filipinas por el martirio de Jesucristo, se han visto marcadas por el tenso clima que se vive en Afganistán e Iraq y la crisis desatada a raíz de las caricaturas del profeta en Occidente. En Pakistán, al menos 31 personas murieron y otro medio centenar resultó herido como consecuencia de un atentado suní en Hangú, al noroeste del país. Las explosiones se produjeron en un mercado, donde cientos de chiíes celebraban la Ashura con una procesión. En Afganistán e Iraq los enfrentamientos entre comunidades también dejaron un saldo de más de una veintena de muertos. Al parecer, la rivalidad entre estas dos comunidades musulmanas se salda cada año con decenas de muertos en todo el mundo debido a los disturbios y ataques que se producen por parte de chiíes y suníes.

Fotografía de Miguel Martorell