Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN ESPINAS

Se buscan hombres de Estado

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión15-01-2006

Seguro que han visto esa escena de fútbol en la que mientras dos defensas discuten por quien va a por el balón, el delantero del equipo contrario aprovecha la indecisión y les marca un gol que les deja con cara de tontos. Pues eso es exactamente lo que hacen todos los días Zapatero y Rajoy en las cuestiones de unidad nacional y lucha contra el terrorismo. Con la diferencia de que, en vez de indecisión, lo que provoca su discusión viene determinado por un electoralismo barato; y lo que es un gol del contrario, en este caso, se traduce en un impedimento para exterminar el terrorismo etarra y frenar el avance separatista de los nacionalismos. Yo insisto, somos los ciudadanos los que no debemos dar más tregua a estos políticos que han decidido utilizar como arma arrojadiza material altamente peligroso. La historia nos muestra que un reino dividido no puede subsistir, por eso el hecho de que los dos partidos mayoritarios de nuestra nación estén a la gresca en estos temas supone el mayor de los riesgos. Es el primer asunto que resolver antes que cualquier otro porque este es el verdadero enemigo y el verdadero cáncer que acecha a España. Ante tal situación y si las dos personas con mayor responsabilidad en la política española fueran verdaderamente hombres de Estado, tendrían que: desterrar de su agenda política el enfrentamiento continuo sobre estas dos cuestiones; hacer un pacto de Estado para sacar adelante la legislatura haciendo innecesarios los votos de los nacionalistas; y por último, incluir en ese pacto el compromiso de llevar a cabo antes de la convocatoria de las próximas elecciones un proceso legítimo de regeneración democrática. Proceso que tanto Aznar como Zapatero prometieron pero nunca acometieron tras llegar al Gobierno, precisamente para no rebajar su cuota de poder. La principal reforma ya saben cual es: un cambio de la ley electoral que aunque le quite fuerza a los partidos mayoritarios, garantice que en el parlamento español se representen los intereses nacionales de manera proporcionada y no que un pequeño porcentaje de antipatriotas chantajee y controle los designios de una amplísima mayoría de ciudadanos. Sé que muchos dirán que vuelva de los mundos de Yupi y olvide mis “fantasías” pero si a estos políticos les interesa pasar a la historia, ya saben cómo. Si no, que sigan jugando con fuego.

Fotografía de Javier de la Rosa