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ROJO SOBRE GRIS

Roberto Servitje, por Gracia de Dios

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión17-10-2005

Me trae de cabeza un hombre que he tenido el placer de conocer esta semana. Una bendición para el mundo, nacido en México, y actualmente presidente fundador del Grupo Bimbo y con 60 años recién cumplidos de trabajo en dicha empresa. Para mejor comprensión de los españoles, digamos que es el homónimo de Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés. Se llama Roberto Servitje, y esta semana intervendrá en el III Encuentro Internacional de Responsabilidad social corporativa que organiza la Fundación IUVE, porque es un ejemplo de entender la empresa como comunidad de personas es posible, y que además da positivo en la cuenta de pérdidas y ganancias. Hoy es el día que México afronta una crisis de desempleo importante, mientras el Grupo Bimbo encara el nuevo año con una expectativas de crecimiento de empleo del 7 por ciento. Digo que me trae de cabeza porque es el rojo sobre gris de lo que habituamos a imaginar que es el mundo de la gran empresa. Lejos de encontrarse al esperado tiburón de los negocios, uno halla a un hombre sencillo y humilde, en el que la elegancia, la amabilidad y la cortesía nada pretenden sino el respeto y reconocimiento más absoluto por las personas que tiene delante, sean quienes sean. Uno se encuentra ante un ejemplo de integridad y autenticidad ante el que no puede sino agachar la cabeza y escuchar. Y entonces oye la voz de Dios. Toda la gran obra de Roberto Servitje en el mundo no es sino el resultado, compartido a medias con su esposa, de una actitud en la vida marcada por una palabra: servicio. Como padres, como hijos, como ciudadanos, como empresarios... Para Servitje, la esencia de nuestra misión en el mundo, estemos donde estemos, puede sintetizarse en esa palabra. Consecuentemente, la empresa, comunidad de personas, es de alguna manera una extensión de esa misión. “Yo estoy convencido de que Dios nos creó, nos puso en el mundo y quiere que seamos sus instrumentos para que se realicen muchas cosas. Él podría acabar con el mal en el momento que quisiera, de un plumazo podría acabar con la miseria, con la pobreza. Pero no, Él desea que seamos sus brazos, sus manos y que llevemos a cabo ese trabajo”, dice en su libro Estrategia de éxito empresarial. En justicia, Roberto Servitje es “Don Roberto Servitje”. En estos tiempos en que el tratamiento pierde importancia, hay quienes nos recuerdan con sus obras y el espíritu que las anima, que los “dones” son responsabilidades y no privilegios. Esos hombres, cuando ven su obra o reciben elogios, se tiran al suelo y lo besan, como hacen las carmelitas, pues viven en la conciencia de ser polvo y de que ningún poder, talento o posesión provienen de su mérito humano, sino de la mismísima Gracia de Dios. Lean su libro. El éxito en la mayor de las empresas, que es la vida, estará más cerca.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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