ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Un milagro
Por Almudena Hernández
1 min
Sociedad09-10-2005
Han caído un par de gotas en Madrid. Al principio parecía un espejismo. Pero no. Llovía. Vamos, un poco, apenas un par de gotas. Ha caído primero una y luego la otra y ya pensamos que ha ocurrido el milagro. Como si la sequía que acecha a España fuera cosa de un par de gotas de agua. El país se desertiza y lo hace a la velocidad de la luz. España se seca al humo del tabaco, esa sustancia que por unos u otros intereses nadie se atreve a prohibir. Por eso esta piel de toro se está curtiendo con el holor de cierto tufillo. Pero España también se seca cuando el viento viene del sur. Y cada vez se calienta el aire más y más, con el aliento de un africano que intenta ese sueño. ¡Si un ángel se le apareciera en la noche y le explicase lo que es verdaderamente España! Los inmigrantes necesitan un milagro mientras los españoles pedimos equivocadamente agua en el desierto. Y el agua no llega. Sólo cae una gota y después otra, y nos sentimos egoistamente incomprendidos. Sería más fácil que Dios escuchase primero a quienes más sufren, que muchas veces son los que siempre sufren y de los que pronto se olvida el mundo. Este mundo de premios de renombre y ciencia de titulares necesita un milagro. Cuando llueva, seguramente apagaremos las velas que utilizamos para pedir a Dios un milagro. ¡Desagradecidos!
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo