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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

Héroes vascos

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura3 min
Opinión18-04-2005

Cuando un pragmático y realista general francés discute con el hombre de honor que interpreta Kirk Douglas en Senderos de gloria llega un momento en que el general dice: no entiendo su actitud, de veras, no puedo comprenderle. Aquel general de discurso político no podía comprender la mentalidad de un hombre de guerra incapaz de abandonar a sus soldados a cambio de una medalla. La respuesta de este leal soldado fue: si no comprende esto, le compadezco. Algo similar me ocurre cuando converso con algún nacionalista -sea de la nación que sea-. Para el nacionalista, nada más allá de sus sueños, intereses, discursos y esquemas ideológicos existe. Cualquiera que le hable desde otros esquemas -cualquiera que le hable de la realidad más allá de su discurso- habla un idioma incomprensible. Por eso resulta imposible discutir con ellos: es un diálogo de besugos. Por eso es tan difícil invertir la tendencia nacionalista de cualquier pueblo. Casi todas las valoraciones políticas tras las elecciones vascas han sido normales. Agradecimientos, valoraciones de los otros partidos, valoraciones de la propia trayectoria, promesa de seguir luchando y de no defraudar, reflexión sobre posibles pactos, etc. El problema de casi todas estas valoraciones es que las elecciones vascas no han sido normales, sino todo lo contrario. No existe ningún territorio en Europa con tantos exiliados, amenazados de muerte, perseguidos, insultados, vetados en su libertad de expresión y asesinados por razones políticas como en el País Vasco. No existe un territorio en Europa que sea menos democrático que el País Vasco. De ahí que los discursos tras las elecciones vascas deberían ser muchas cosas, pero no discursos normales. Un discurso normal en unas elecciones como éstas es un discurso ideológicamente tendencioso, falso, de conciencia adormecida, de falta de sensibilidad y de hombre pragmático y demasiado realista. Un discurso normal después de estas elecciones es un discurso de un hombre al que yo, como Douglas, le compadezco, porque no se entera de nada. El único discurso posible después de estas elecciones es el que pone de manifiesto que el nacionalismo ha perdido algo de peso, aunque no lo suficiente. El único discurso posible es el que apunta a una nueva tendencia, pero sin triunfalismos. Porque un vuelco electoral en un territorio marcado por personas que no entienden la actitud del hombre de honor, no puede ser inmediato. Hacen falta muchos héroes para despertar del nacionalismo rancio a unas pocas personas. También lo decía Gary Cooper en Sólo ante el peligro. A quien no entiende de primeras el valor de algunas premisas incondicionales -como la libertad de expresión, el derecho a una vida sin miedo, etc.- no se le puede explicar aunque se gasten miles de palabras. Tal vez sirva el ejemplo. Poco a poco. Muerto a muerto. Héroe a héroe. Mí única valoración tras estas elecciones vascas: gracias, mártires de la libertad, por dar la vida por un sueño más real y verdadero que la pesadilla que os ha tocado vivir. Gracias por el valor que nos enseñáis al recorrer, solos ante el peligro, un sendero de gloria.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach