POLÍTICA
Condoleezza Rice acaba su gira para ‘seducir’ a los aliados europeos
Por Susana Mendoza2 min
Internacional13-02-2005
En la agenda de la actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que sustituye a Colin Powell, figuraron entre los primeros a visitar los países europeos que prestaron apoyo en la guerra de Iraq. Aunque también estaban en su agenda la visita a Israel y Palestina para renovar sus intenciones de ayuda.
Cómo ha conseguido la secretaria de Estado visitar y hablar con más de 10 países en menos de siete días, verdaderamente parece algo increíble. Pero Condoleezza Rice se va con todas las tareas de su agenda terminadas, la primera de ellas, su reunión en Londres con Tony Blair, gran aliado estadounidense. Luego, viajó a Francia, el país europeo más suspicaz con la política exterior estadounidense, y en París, Rice dio un discurso en el que expuso la importancia de una alianza entre Europa y EE.UU. Aunque quizá más significativa fue su advertencia en Italia acerca de la ayuda de Siria a los militantes islámicos contrarios al proceso de paz. Rice obvió la escala en España debido a las tiranteces entre el Gobierno español y la Administración Bush, aunque sí mantuvo una breve reunión con Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores. De esta charla que duró apenas 15 minutos, asegura el ministro que fue "fructífera y positiva" y que sus resultados se notarán a corto plazo. Quizá se refería Moratinos a la visita de Bush a Europa el próximo 22 de febrero, por cuya razón, opinan bastantes políticos, ha venido Rice. Después de reunirse con el líder israelí, Ariel Sharon, y con su homólogo palestino, Abu Mahzen, Rice opinó que el diálogo va por el buen camino, y afirmó que EE.UU. colaborará para que los acuerdos lleguen a buen puerto. Finalmente, la última escala en la lista, fue Luxemburgo, que ocupa la presidencia de turno en la UE. Allí, reunida con el alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, trató acerca de diversos asuntos como su "preocupación por la pobre democratización de Rusia" y sus "libertades civiles". Asimismo, mientras en sus diversas alocuciones aludía a la necesidad de cooperación entre los países europeos y la apertura de reanudar las buenas relaciones prebélicas, también lanzaba mensajes de advertencia a China e Irán acerca de su falta de libertades y su armamento.