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IRLANDA DEL NORTE

El IRA anuncia que no continuará con el proceso de desarme

Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional06-02-2005

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) anunció el jueves de la semana pasada que no continuará con el programa de desarme establecido por los gobiernos británico e irlandés ya que, según la organización terrorista ni Londres ni Dublín han cumplido sus compromisos con el acuerdo del Viernes Santo (1998) -documento que establecía el trayecto para alcanzar la paz en Irlanda del Norte-.

El comunicado fue la consumación de una crisis cuyo penúltimo episodio más grave se dio el pasado mes de diciembre. Entonces el mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP), del reverendo Ian Paisley, rechazó sentarse en el Ejecutivo norirlanés de poder compartido con el Sinn Fein ante la negativa del IRA a fotografiar su último acto de desarme, como exigían Londres y Dublín. "No pretendemos permanecer inactivos mientras acontece una situación inestable e inaceptable. Se ha probado nuestra paciencia hasta el límite", recogía la nota difundida por el IRA, en la que se aseguraba que su intención es: "seguir de cerca y proteger lo mejor que podamos los derechos de los Republicanos y de nuestra base". El comunicado no aclaraba si su decisión significaba volver a retomar la vía de los atentados contra las fuerzas del orden norirlandesas y británicas, tal y como han venido apuntando los analistas en los últimos tiempos. Días antes, el jefe de policía del Ulster, Hugh Orde, acusó a la organización terrorista de estar detrás del robo de casi 38 millones de euros cometido el pasado 20 de diciembre en la sede del Northern Bank en Belfast. Una cantidad que podría servir para continuar con sus actividades violentas. "El IRA ha demostrado su compromiso con el proceso de paz una y otra vez. Queremos que tenga éxito. Hemos jugado un papel clave para alcanzar los progresos alcanzados hasta ahora. Estamos preparados para hacer un nuevo y genuino esfuerzo colectivo cuando se creen las condiciones para ello", continuaba el texto. Antes de que se conociese la decisión del IRA, el primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, apuntaron a las actividades paramilitares del IRA como el "obstáculo" para lograr una paz "duradera" en Irlanda del Norte. Según Blair, "no puede haber ningún compromiso" entre unionistas-protestantes y nacionalistas-católicos para restaurar la autonomía del Ulster, a menos que la organización terrorista ponga fin a sus actos. El IRA contó, en su decisión, con la "comprensión" de su brazo político, el Sinn Feinn. Su portavoz y presidente, Gerry Adams, afirmó que la iniciativa es consecuencia directa de la "retrógrada" postura adoptada por los gobiernos británico e irlandés. Asimismo, lamentó "profundamente" el anuncio e indicó que Londres y Dublin han optado por la "confrontación" y por acusar a su partido sin "tener en cuenta las consecuencias", en referencia a las acusaciones vertidas sobre ellos acerca de que conocían el hecho de que los terroristas no habían abandonado las actividades ilegales.

Fotografía de Chema García