La UE y Rusia discrepan sobre la transparencia de las elecciones
Por Chema García
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Internacional28-11-2004
La crisis en Ucrania provocó que autoridades rusas y de la Unión Europea se reuniesen en La Haya en una Cumbre en la que no fueron capaces de unificar posturas. El presidente de turno de la Unión, el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, aseguró que los Veinticinco no podían aceptar los resultados de las elecciones que dieron como ganador al candidato prorruso Viktor Yanukovith, en lugar de al prooccidental Viktor Yushchenko, después de que la OSCE detectara numerosas irregularidades en el proceso electoral.
Antes de que se produjese la victoria de Yanukovith, Balkenende expresaba por teléfono al presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, la “gran preocupación” de la UE por cómo transcurría la segunda ronda de los comicios. Asimismo, hablaba con el presidente del Parlamento, Vladímir Litvin, para explicarle las “dudas de la UE de que el resultado de las urnas refleje realmente la actitud de voto de la población en Ucrania", indicó su portavoz, Henk Brons. La postura de los socios comunitarios contrastó con la del presidente ruso, Vladímir Putin, quien tras la reunión de La Haya calificó de “transparentes” los resultados de las elecciones. En el único punto en el que coincidieron Bruselas y Moscú fue en el declarar conjuntamente que la situación se resolviese de manera “pacífica" Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos se expresó en la misma línea que la UE. La Casa Blanca advirtió al Ejecutivo ucraniano de las "consecuencias" en las relaciones entre ambos países si finalmente se confirmasen los resultados considerados fraudulentos. “Si el Gobierno de Ucrania no actúa de manera inmediata y responsable habrá consecuencias para nuestra relación, para las esperanzas de una integración euroatlántica y para los individuos responsables del fraude”, afirmó el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell. Entre las primeras consecuencias podrían estar la del congelamiento de activos en EE.UU. de quienes estén involucrados en el presunto fraude electoral, así como el de la denegación de visados para entrar en territorio estadounidense y la reducción de la asistencia económica norteamericana a Ucrania –una ayuda que asciende a 140 millones de dólares al año-.