ANÁLISIS DE LA SEMANA
Quien esté libre de pecado
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad09-09-2001
Jesucristo perdonó a María Magdalena mientras pronunciaba una de las frases más famosas de la historia de la Humanidad: “Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Más de dos milenios después cuatro profesoras de religión no continuarán impartiendo clase porque la Iglesia no les permite volver a sus puestos de trabajo. El motivo, sus comportamientos están en “desacuerdo” con la doctrina católica. Seguramente, saldrán más casos como los de estas maestras, que han planteado el debate social de si la Iglesia debe participar activamente en las labores educativas; o quizás, la reforma educativa incorpore al programa la materia de Relaciones Internacionales, para dar ejemplo. No iban a confesarse, pero los países ricos han caído en su propia trampa. La Conferencia contra el Racismo de Durban (Sudáfrica) ha servido para remover algunos de los pecados que alberga la conciencia de Occidente: el colonialismo, el Holocausto y el sionismo. Otros países, como es el caso de España y Marruecos, deberían imponerse también una dura penitencia. Mientras los diplomáticos gastan el tiempo en ver la paja en el ojo ajeno, decenas de inmigrantes ilegales siguen siendo presa de las mafias y muriendo en el Estrecho. Quizás pronto se produzca el milagro y ambos gobiernos dejen de debatir y actúen. La Ética, esa materia didáctica que sobrepasa las paredes de las escuelas, ha planteado otro debate a la Ciencia. El descubrimiento de la forma de crear células de la sangre ha abierto una vía de esperanza en ciertos sectores de la comunidad médica para que, por ejemplo, se acaben las carencias de los bancos de sangre. Sin embargo, para que se formen estas células, los investigadores han utilizado embriones humanos, en una carrera más del hombre para solucionar los males del mundo o jugar a ser Dios, según las versiones. El dinero, ese pecado que da tanto poder algunas veces, elevará más allá del cielo a multimillonarios terrícolas que quieran veranear en el Espacio. Allí, los rusos quieren instalar un minihotel para el 2004. Parece, que los ricos del siglo XXI quieren entrar en el Reino de los Cielos -o más allá de la atmósfera- sin que nadie, todavía, haya podido meter un camello por el ojo de una aguja. Que Dios nos pille confesados; pero, cuidado, que según el Tribunal Correccional de Caen (Francia), el secreto de confesión no equivale al secreto profesional.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo