EL REDCUADRO
El PER de los simpapeles
Por Antonio Burgos3 min
Opinión28-10-2004
Como casi han quitado el latín de los planes de enseñanza, ya latín nada más que saben Pérez Rubalcaba y los toros de Miura. Cuando sospecho que el latín es la lengua materna de Dios, ¿no, profesor Rodríguez Adrados? Dios, como es perfecto, tiene que comprender mejor el Paternoster en latín que si se lo rezamos en la traducción que se inventó la conferencia episcopal hispanoamericana. Más que una oración parece una querella de pilindinguis en la televisión basura, con tanta ofensa y los que nos ofenden. El Paternoster ha pasado del Derecho Mercantil al Penal. Antes todo era reconocimiento de deudas y deudores, pidiendo a Dios que no nos mandara al cobrador del frac. Derecho Mercantil. Ahora, ofensas y ofensores, como una querella por injurias a lo divino. Derecho Penal. Para no tener que ir a misa asistido por Baena Bocanegra como letrado, rezo el Paternoster en latín. Si tal hicieran todos, no ocurriría lo que me pasó con un amigo de Madrid al que enseñaba la Catedral de Sevilla. Llegamos a la Capilla Real, donde está la urna de ese San Fernando al que quieren mandar a los albañiles. Sobre el altar, la leyenda en plata del baldaquino de la Virgen de los Reyes: "Per me reges regnant". Mi nada latinista amigo, al leerlo, me dijo: -- ¡Qué premonición la de esta Virgen! En tiempos de San Fernando ya decía no se qué del PER... Decía "por Mí reinan los reyes". Pero como no sabemos latín, cualquiera puede creer que la Patrona de Sevilla inventó el PER regio. Si viviera mi querido y siempre cercano José María Pemán, le haría decir al Séneca: -- Ná, don José: lo que dice la Virgen de los Reyes es que Don Juan Carlos está colocado en La Zarzuela gracias a ese "per", al PER del origen divino de la Monarquía. Que Ella le ha firmado las peonadas para que viva a cuerpo de Rey... Aunque me parece que ya no existe, llamamos PER, así, a bulto, a todo el entramado de subsidios de desempleo, trabajos comunitarios, prestaciones de paro y mamelas varias que produjeron el famoso voto cautivo de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, viveros de mayorías socialistas. En nuestra sociedad subvencionada, eso funciona tan bien que aún se mantienen los votantes en nómina que inventó el felipismo. Ese entramado asegura cien años de voto rural para el PSOE. Que pierde progresivamente el voto urbano, el de las grandes ciudades, y a Ruiz Gallardón y a Esperanza Aguirre me remito. Esos estrategas del PSOE que saben hasta latín pensaron: ¿qué hacer para reconquistar el voto de las grandes ciudades? Muy claro: un PER. El abogado del diablo les respondió: pero si en las grandes ciudades no hay campo, no hay braceros ni jornaleros, ¿cómo vamos a hacer un PER urbano? Respondieron: pero hay inmigrantes ilegales, millones de simpapeles, que son los nuevos jornaleros, los braceros urbanos. Hagamos un PER para los simpapeles. Demos papeles a peluz, carnés de residencia, permisos de trabajo, cartilla de la Seguridad Social, prestaciones de paro, colegio para los niños, mezquitas para que recen y, sobre todo y principalmente, derecho al voto, aunque sea sólo en las municipales. Ya verán ustedes cómo, eternamente agradecidos, ahí tendremos los votos que, por ejemplo, no supo obtener el PP de todos aquellos chavales a los que les quitó la mili obligatoria, que encima, cabreados por la guerra de Irak, les votaron al PSOE. Demos todas las facilidades a los inmigrantes ilegales. Legalicemos hasta la patera de Tarik y Muza. Pongamos fáciles los contratos de trabajo, que los pueda firmar cualquiera, como las famosas peonadas del PER. Si me hacen caso, ya verán ustedes cómo recuperan el voto de las grandes ciudades. Urbanicemos el voto agrario. Pongamos a los votantes en plantilla, y tendremos las mayorías que perdimos en las ciudades. Y, como saben hasta latín, por ahí viene ya el PER urbano de los simpapeles.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor